La cadena británica anunció el pasado 29 de marzo el cierre de sus nueve centros en España, como parte de su plan de reestructuración que contemplaba la eliminación de 4.390 empleos en Europa y la cláusula de sus tiendas en Europa continental. El Corte Inglés mostró interés en la adquisición de los nueve centros españoles, situados en Barcelona, Bilbao, Madrid, Majadahonda (Madrid), Torrejón de Ardoz (Madrid), Sevilla y Valencia. En concreto, la empresa española confirmó el pasado 2 de noviembre la compra de estos centros por el importe aproximado de 25.000 millones de pesetas (150,25 millones de euros). Además, la operación incluía una oferta de continuidad de empleo para los 600 trabajadores, que mantendrán su salario y su puesto de trabajo actual.
Marks & Spencer decidió desinvertir en Europa tras dos años acumulando pérdidas, que en 1999 fueron de 3.085 millones de pesetas (18,45 millones de euros) y en 2000 se redujeron a 1.542 millones (9,27 millones de euros). Todos los esfuerzos por recuperar la rentabilidad de su negocio no sirvieron para hacer frente a su situación en el mercado. El objetivo de la empresa tras la liquidación de todos sus establecimientos en el continente es recuperar su posición de liderazgo en el Reino Unido, así como ampliar su oferta en el sector de la alimentación y el de artículos del hogar, además de mantener su negocio de franquicias.
La liquidación de toda la mercancía de la cadena británica, que empezó a principios de noviembre con descuentos del 35 por ciento, y que llegaron a situarse a lo largo de esta semana en el 95 por ciento, ha provocado que la mayoría de los centros hayan cerrado antes de tiempo ante la escasez de productos.
Todos los derechos reservados
!-->