El líder sindical argentino Rodolfo Daer aseguró que los comerciantes que están reteniendo sus mercancías “no son patriotas”. He podido comprobar, en efecto, que en este mi país natal comienza el desabastecimiento, pero lo que escapa a cualquier lógica es atribuirlo a un súbito debilitamiento en el amor a la patria. El señor Daer debería haberse fijado en las condiciones que antes se daban y ahora ya no: la libertad de precios y el respeto a los contratos, las leyes, y los derechos de propiedad. Esas mismas condiciones son las que han explicado siempre por qué hay desabastecimiento; digamos, por qué hay mercancías en Miami y no en La Habana.
El nuevo Gobierno de Duhalde vendrá marcado por interferencias en los mercados y quebrantamientos institucionales varios. Se impondrán precios máximos, se aumentará la presión fiscal, y se romperán contratos privados, semipúblicos y públicos relacionados con una ley, nada menos, una ley que estableció hace diez años que un peso era igual a un dólar. Todo eso saltará por los aires. Y en vez de condenar a los políticos argentinos, los grandes responsables del desastre, el señor Daer mata al mensajero y denuncia a los comerciantes de menguada lealtad patriótica. Pero no falta patriotismo en este país, y especialmente no detrás de los mostradores.
Todos los derechos reservados
!-->