L D (EFE) El BBVA informó al Banco de España en el año 2000 de que pretendía regularizar la cuenta que tenía en el extranjero desde 1987, con fondos por valor de 225 millones de euros, pese a lo cual la autoridad supervisora, ya bajo el mandato de Jaime Caruana, decidió no abrir el expediente de forma inmediata.
Esta iniciativa se produjo el pasado viernes, cinco días después de que el suplemento económico de El Mundo publicara una información en la que, sin ofrecer más detalles, hablaba de la existencia de cuentas secretas del banco en el exterior y las relacionaba con la precipitada salida de la presidencia de Emilio Ybarra. El banco asegura que, hasta la fecha, "ha atendido los requerimientos que el Banco de España le ha efectuado", lo que podría haber motivado la demora de la autoridad supervisora en la apertura del expediente.
El Consejo de Administración del BBVA no conoció hasta el pasado miércoles la existencia de este expediente, del que informó personalmente el presidente de la entidad, Francisco González. Fuentes del BBVA confirmaron que comunicaron al Banco de España a finales del 2000 la existencia de una cuenta secreta en el extranjero, supuestamente en la Isla de Jersey (Canal de la Mancha), donde el banco posee dos filiales, BBVA Privanza Bank Jersey e Ibertrade. Precisamente la entidad BBVA Privanza está incursa en una investigación desde el año 2000 por parte del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que ha imputado a tres directivos de esta entidad por un presunto delito de cooperación al delito fiscal relacionado con una supuesta evasión de divisas a paraísos fiscales como la Isla de Jersey.
El BBVA, que en 2000 copresidían Emilio Ybarra y Francisco González, también informó de la cuenta secreta y de su regularización a los auditores externos del banco, en aquel momento Arthur Andersen. Sin embargo, en su informe de auditoría correspondiente al citado ejercicio no reflejaron ninguna salvedad ni se detalló este extremo en la memoria anual. Tras el escándalo por su actuación en la quiebra de la empresa norteamericana Enron, Andersen vuelve a estar en el punto de mira de las autoridades. Otra cuestión por dirimir es la utilización que se haya podido dar a este dinero oculto -el BBVA mantiene que con esos fondos no se hizo ningún tipo de pago-, ya que en ese caso sería la Fiscalía la que tendría que actuar.
Esta iniciativa se produjo el pasado viernes, cinco días después de que el suplemento económico de El Mundo publicara una información en la que, sin ofrecer más detalles, hablaba de la existencia de cuentas secretas del banco en el exterior y las relacionaba con la precipitada salida de la presidencia de Emilio Ybarra. El banco asegura que, hasta la fecha, "ha atendido los requerimientos que el Banco de España le ha efectuado", lo que podría haber motivado la demora de la autoridad supervisora en la apertura del expediente.
El Consejo de Administración del BBVA no conoció hasta el pasado miércoles la existencia de este expediente, del que informó personalmente el presidente de la entidad, Francisco González. Fuentes del BBVA confirmaron que comunicaron al Banco de España a finales del 2000 la existencia de una cuenta secreta en el extranjero, supuestamente en la Isla de Jersey (Canal de la Mancha), donde el banco posee dos filiales, BBVA Privanza Bank Jersey e Ibertrade. Precisamente la entidad BBVA Privanza está incursa en una investigación desde el año 2000 por parte del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, que ha imputado a tres directivos de esta entidad por un presunto delito de cooperación al delito fiscal relacionado con una supuesta evasión de divisas a paraísos fiscales como la Isla de Jersey.
El BBVA, que en 2000 copresidían Emilio Ybarra y Francisco González, también informó de la cuenta secreta y de su regularización a los auditores externos del banco, en aquel momento Arthur Andersen. Sin embargo, en su informe de auditoría correspondiente al citado ejercicio no reflejaron ninguna salvedad ni se detalló este extremo en la memoria anual. Tras el escándalo por su actuación en la quiebra de la empresa norteamericana Enron, Andersen vuelve a estar en el punto de mira de las autoridades. Otra cuestión por dirimir es la utilización que se haya podido dar a este dinero oculto -el BBVA mantiene que con esos fondos no se hizo ningún tipo de pago-, ya que en ese caso sería la Fiscalía la que tendría que actuar.