L D (EFE) Presa de una crisis nerviosa, Norma Alicia Albino roció sus ropas con alcohol y se prendió fuego ante los clientes y empleados de una sucursal bancaria de la ciudad bonaerense de San Isidro, situada a unos 20 kilómetros al norte de Buenos Aires. Varios empleados bancarios la trasladaron a un hospital con quemaduras en la cara, las manos, el cuero cabelludo y otras partes del cuerpo y allí quedó bajo observación pero fuera de peligro, dijeron las fuentes policiales a la agencia de noticias DYN.
Todo esto sucede mientras se agudiza la campaña contra el banco español presidido por Emilio Botín. Así, más de 100 clientes del Banco Río, controlado por el español Santander Central Hispano (SCH), reclamaron a la Justicia argentina que cite a declarar a los máximos directivos de la entidad, a quienes acusan de fraude. Mientras, el principal sindicato de empleados bancarios de Argentina se declaró en estado de alerta y movilización ante el temor de que se produzcan despidos masivos en la filial local del Santander Central Hispano (SCH), tras las dudas expresadas por el consejero delegado del banco, Alfredo Sáenz, respecto del futuro de sus inversiones en el país suramericano. Además, el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, hizo llegar a las autoridades españolas un mensaje en el que considera "poco prudentes" recientes declaraciones de Alfredo Sáenz.
Casi todos los días hay protestas de ahorradores que exigen la devolución de sus depósitos retenidos, una medida vigente desde diciembre para evitar la fuga de capitales. Los ahorradores han llegado en algunos casos a causar daños a las sedes de las entidades financieras y agredir a sus empleados. Pese a la existencia de estas restricciones financieras, miles de argentinos se han beneficiado en los últimos tres meses por amparos judiciales que obligaron a los bancos a devolver millonarios depósitos atrapados en el "corralito".
Todo esto sucede mientras se agudiza la campaña contra el banco español presidido por Emilio Botín. Así, más de 100 clientes del Banco Río, controlado por el español Santander Central Hispano (SCH), reclamaron a la Justicia argentina que cite a declarar a los máximos directivos de la entidad, a quienes acusan de fraude. Mientras, el principal sindicato de empleados bancarios de Argentina se declaró en estado de alerta y movilización ante el temor de que se produzcan despidos masivos en la filial local del Santander Central Hispano (SCH), tras las dudas expresadas por el consejero delegado del banco, Alfredo Sáenz, respecto del futuro de sus inversiones en el país suramericano. Además, el ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, hizo llegar a las autoridades españolas un mensaje en el que considera "poco prudentes" recientes declaraciones de Alfredo Sáenz.
Casi todos los días hay protestas de ahorradores que exigen la devolución de sus depósitos retenidos, una medida vigente desde diciembre para evitar la fuga de capitales. Los ahorradores han llegado en algunos casos a causar daños a las sedes de las entidades financieras y agredir a sus empleados. Pese a la existencia de estas restricciones financieras, miles de argentinos se han beneficiado en los últimos tres meses por amparos judiciales que obligaron a los bancos a devolver millonarios depósitos atrapados en el "corralito".