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Desde siempre la coacción política ha buscado legitimarse alegando que favorece los intereses de la mayoría. Este proceso es similar en todas las formas de Gobierno, más y menos democráticas. Pero en España, la cercanía de la dictadura ha llevado a la paradójica situación de que la búsqueda de legitimidad de las autoridades democráticas no sólo es justificada sino aplaudida. Como consecuencia, no existe ninguna comprensión de los complejos fenómenos de la redistribución política. Un periódico, así, informó hace unos días de que en el Programa de Vivienda Pública en Alquiler del Ayuntamiento de Madrid, en el cual 250 pisos se alquilarán por entre 30.000 y 60.000 pesetas al mes, al empezar a formalizarse las solicitudes se habían visto abarrotadas porque hubo más de 70 peticiones por cada vivienda. El periódico concluyó editorialmente: es evidente que la oferta de viviendas baratas no es suficiente para satisfacer la demanda social, y en consecuencia el Gobierno se ha quedado corto. Hay que ofrecer más casas baratas.

Esto es asombroso. Los políticos ofrecen algo a un precio menor al precio de mercado. Obviamente, a ese precio la demanda supera la oferta. Acto seguido, los periodistas insisten a los políticos para que lo sigan haciendo. Nadie parece haber observado que el sistema es capaz así de autoalimentarse indefinidamente, porque la propia acción de los políticos “prueba” que la demanda “social” está insatisfecha.

Nadie fue capaz de apuntar que la clave del asunto es la interferencia en el mercado, algo que los políticos pueden hacer porque cuentan con el poder, un poder cuyas complejidades escapan a la inquisición de los medios. Por ejemplo, el Ayuntamiento de Madrid subsidia las viviendas porque obtiene recursos aumentando el precio del suelo, lo que encarece las viviendas. Interesante ¿no? Ningún político regala nada, ningún político puede entregar nada a un precio bajo sin cobrárselo antes a la misma sociedad que dice proteger. Entre tanto, todo el mundo está encantado porque las autoridades, abnegadas, reparten casas baratas.

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