L D (Agencias) La incertidumbre rodea la reapertura de los bancos prevista para este lunes tras cuatro jornadas de "festivo bancario" decretado por las autoridades de Uruguay para detener la fuga de depósitos. Nadie duda de que los bancos abrirán, la cuestión es qué entidades no lo podrán hacer, que pasará con los depósitos de sus clientes y que medidas podrían adoptar los bancos privados que reanudan este lunes sus labores.
La reapertura de los bancos se hizo posible gracias a la urgente ayuda de Estados Unidos, cuyo Banco de la Reserva transfirió esta mañana al Banco Central de Uruguay (BCU) 1.500 millones de dólares. Este préstamo "puente y a corto plazo", anunciado anoche por el embajador de Estados Unidos en Montevideo, Martin Silverstein, le da a Uruguay, según dijo, "el respiro que necesita" hasta que llegue la misma suma de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De acuerdo con el plan de las autoridades uruguayas, gran parte de esa ayuda, 1.100 millones de dólares, estará destinada a garantizar los depósitos en cuentas corrientes y cajas de ahorro.
Según declaraciones del Secretario del Tesoro, Paul O'Neill, con estos fondos "se respaldará el 100 por ciento de todos los depósitos de cuentas a la vista y cajas de ahorro en dólares de los bancos públicos y privados". Nada cambiará, sin embargo, respecto a los depósitos a plazo en los dos bancos del Estado, cuyos vencimientos serán reprogramados de acuerdo al plan del Gobierno por un período de hasta tres años.
El apoyo de Estados Unidos, cuya administración por primera vez aprobó una ayuda de esta índole a un país en crisis, resulta fundamental para el plan con el que el Gobierno de Uruguay pretende desbloquear el sistema financiero, que quedó paralizado el martes pasado tras una avalancha de retiro de depósitos. En los últimos siete meses el sistema financiero uruguayo perdió el 45 por ciento de sus depósitos y unos 1.300 millones de dólares de las reservas del Banco Central fueron utilizados para respaldar las cancelaciones anticipadas de depósitos de no residentes, especialmente argentinos afectados por el "corralito" en su país. De diciembre de 2001 a julio pasado las reservas del BCU cayeron de 3.100 millones a 650 millones de dólares.
Cuatro entidades de las 22 que operan en Uruguay no abrirán este lunes tras las cuatro jornadas de moratoria bancaria decretada el martes pasado. No abrirán sus puertas los bancos Comercial y de Crédito, que se enfrentan a problemas de liquidez, además de los bancos Montevideo y Caja Obrera, que estaban intervenidos desde el pasado mes de junio y cuya suspensión llevó a decretar el festivo bancario. El Banco Comercial tiene como accionistas a tres importantes bancos extranjeros: uno estadounidense, uno alemán y uno suizo, alguno de los cuales no está dispuesto a capitalizar la institución. El 51% del Banco de Crédito está en manos del Gobierno uruguayo, a través de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), y el resto pertenece a una empresa propiedad del grupo del reverendo surcoreano Moon. El Banco de Montevideo y el Banco Caja Obrera son propiedad del grupo argentino-uruguayo Velox, y dos de sus propietarios, los banqueros uruguayos José y Juan Peirano, a quienes se acusa de haber vaciado la entidad con transferencias de depósitos a las Islas Caimán, fueron denunciados a las justicias civil y penal y están prófugos.
La ayuda multilateral, que llegará al país a finales de esta semana o la próxima, incluye 800 millones de dólares en créditos nuevos y 700 millones adelantados del "blindaje" de 3.000 millones de dólares comprometido en junio pasado para el país suramericano.
La reapertura de los bancos se hizo posible gracias a la urgente ayuda de Estados Unidos, cuyo Banco de la Reserva transfirió esta mañana al Banco Central de Uruguay (BCU) 1.500 millones de dólares. Este préstamo "puente y a corto plazo", anunciado anoche por el embajador de Estados Unidos en Montevideo, Martin Silverstein, le da a Uruguay, según dijo, "el respiro que necesita" hasta que llegue la misma suma de ayuda del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
De acuerdo con el plan de las autoridades uruguayas, gran parte de esa ayuda, 1.100 millones de dólares, estará destinada a garantizar los depósitos en cuentas corrientes y cajas de ahorro.
Según declaraciones del Secretario del Tesoro, Paul O'Neill, con estos fondos "se respaldará el 100 por ciento de todos los depósitos de cuentas a la vista y cajas de ahorro en dólares de los bancos públicos y privados". Nada cambiará, sin embargo, respecto a los depósitos a plazo en los dos bancos del Estado, cuyos vencimientos serán reprogramados de acuerdo al plan del Gobierno por un período de hasta tres años.
El apoyo de Estados Unidos, cuya administración por primera vez aprobó una ayuda de esta índole a un país en crisis, resulta fundamental para el plan con el que el Gobierno de Uruguay pretende desbloquear el sistema financiero, que quedó paralizado el martes pasado tras una avalancha de retiro de depósitos. En los últimos siete meses el sistema financiero uruguayo perdió el 45 por ciento de sus depósitos y unos 1.300 millones de dólares de las reservas del Banco Central fueron utilizados para respaldar las cancelaciones anticipadas de depósitos de no residentes, especialmente argentinos afectados por el "corralito" en su país. De diciembre de 2001 a julio pasado las reservas del BCU cayeron de 3.100 millones a 650 millones de dólares.
Cuatro entidades de las 22 que operan en Uruguay no abrirán este lunes tras las cuatro jornadas de moratoria bancaria decretada el martes pasado. No abrirán sus puertas los bancos Comercial y de Crédito, que se enfrentan a problemas de liquidez, además de los bancos Montevideo y Caja Obrera, que estaban intervenidos desde el pasado mes de junio y cuya suspensión llevó a decretar el festivo bancario. El Banco Comercial tiene como accionistas a tres importantes bancos extranjeros: uno estadounidense, uno alemán y uno suizo, alguno de los cuales no está dispuesto a capitalizar la institución. El 51% del Banco de Crédito está en manos del Gobierno uruguayo, a través de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), y el resto pertenece a una empresa propiedad del grupo del reverendo surcoreano Moon. El Banco de Montevideo y el Banco Caja Obrera son propiedad del grupo argentino-uruguayo Velox, y dos de sus propietarios, los banqueros uruguayos José y Juan Peirano, a quienes se acusa de haber vaciado la entidad con transferencias de depósitos a las Islas Caimán, fueron denunciados a las justicias civil y penal y están prófugos.
La ayuda multilateral, que llegará al país a finales de esta semana o la próxima, incluye 800 millones de dólares en créditos nuevos y 700 millones adelantados del "blindaje" de 3.000 millones de dólares comprometido en junio pasado para el país suramericano.