Libertad Digital Que la relación entre los sindicatos y el Gobierno no pasa por sus mejores momentos no es una novedad. La aprobación de la reforma del desempleo en el que se eliminaban los salarios de tramitación enervó a los sindicatos, que desde ese momento no han concedido tregua al Ejecutivo, huelga general incluida. El Ejecutivo parece mantener claras sus ideas en cuanto a que la reforma es necesaria (aunque insuficiente) para la flexibilización del mercado laboral. Conviene recordar que la débil defensa del decreto sobre la reforma del desempleo que hizo Juan Carlos Aparicio le costó el puesto al frente de Trabajo. Eduardo Zaplana no olvida este hecho.
El actual ministro se enfrenta a la dura tarea de retomar las buenas relaciones con los sindicatos sin por ello tener que desviarse de las reformas laborales que flexibilicen y modernicen el mercado de trabajo español. En este tarea, Zaplana lanza y recoge iniciativas y aperturas de debates a la espera de la reacción de los sindicatos y la patronal. Sin ir más lejos, este lunes, durante un foro de economía, Zaplana respondía a una pregunta del catedrático Ramón Tamames acerca de la flexibilidad del empleo y la necesidad de reformar la indemnización máxima de 1.200 días en caso de despido improcedente. Ante esta cuestión, explicó que en España produce “especialmente miedo” abrir algunos debates que ya están abiertos en otros países , lo que considera “un error”. A juicio del titular de Trabajo, en “España hay un miedo escénico absurdo al debate de cuestiones tabúes y que son necesarias”, en clara referencia a la verdadera flexibilización del despido que posibilite una mayor rotación en el mercado de trabajo, al estilo de los países anglosajones, y que es la clave para el acercamiento al pleno empleo.
CCOO ataca, Zaplana matiza
Los sindicatos, haciendo el trabajo al PSOE, están a la que saltan. La frase de Zaplana ha provocado las críticas negativas de CCOO, que han acusado al nuevo ministro de “imprudente” y de “tirar piedras contra su propio tejado”: Desde Comisiones Obreras se considera que el debate sobre el despido es falso, ya que en “España, después del decretazo, se está en la frontera del despido “libre y gratuito”. Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Antonio Ferrer, dijo que las declaraciones del ministro suponen "un paso más, una vuelta de tuerca en ese modelo productivo que el Gobierno del PP viene practicando desde la reforma laboral del 2001, en el que como se va demostrando tienen por objeto recortar y derechos a los desempleados". De forma sorprendente, la postura de los sindicatos ha hecho que se recojan velas desde el Ministerio para no dañar más un diálogo social ya de por sí deteriorado.
Tras las críticas sindicales, Zaplana ha aclarado que el Gobierno no pretende abrir ningún debate sobre la regulación del despido con fecha, aunque insistió en que la propia dinámica de las economías modernas hace ineludible hablar de ciertos temas, “aunque sin fecha, y por lo tanto sin identificarlo con proyectos legislativos o intenciones del Gobierno”. Desde el PSOE, no se ha hechos esperar la respuesta. El responsable económico socialista, Jordi Sevilla, considera que las declaraciones de Zaplana son una "provocación del ministro a los trabajadores, cuando estos tienen convocada una protesta el próximo día 5 contra los recortes de los derechos que supone el decretazo". El portavoz socialista considera una "irresponsabilidad " que en lugar de intentar la vía del acercamiento con los agentes sociales, el ministro opte por la de la confrontación".
El actual ministro se enfrenta a la dura tarea de retomar las buenas relaciones con los sindicatos sin por ello tener que desviarse de las reformas laborales que flexibilicen y modernicen el mercado de trabajo español. En este tarea, Zaplana lanza y recoge iniciativas y aperturas de debates a la espera de la reacción de los sindicatos y la patronal. Sin ir más lejos, este lunes, durante un foro de economía, Zaplana respondía a una pregunta del catedrático Ramón Tamames acerca de la flexibilidad del empleo y la necesidad de reformar la indemnización máxima de 1.200 días en caso de despido improcedente. Ante esta cuestión, explicó que en España produce “especialmente miedo” abrir algunos debates que ya están abiertos en otros países , lo que considera “un error”. A juicio del titular de Trabajo, en “España hay un miedo escénico absurdo al debate de cuestiones tabúes y que son necesarias”, en clara referencia a la verdadera flexibilización del despido que posibilite una mayor rotación en el mercado de trabajo, al estilo de los países anglosajones, y que es la clave para el acercamiento al pleno empleo.
CCOO ataca, Zaplana matiza
Los sindicatos, haciendo el trabajo al PSOE, están a la que saltan. La frase de Zaplana ha provocado las críticas negativas de CCOO, que han acusado al nuevo ministro de “imprudente” y de “tirar piedras contra su propio tejado”: Desde Comisiones Obreras se considera que el debate sobre el despido es falso, ya que en “España, después del decretazo, se está en la frontera del despido “libre y gratuito”. Por su parte, el secretario de Acción Sindical de UGT, Antonio Ferrer, dijo que las declaraciones del ministro suponen "un paso más, una vuelta de tuerca en ese modelo productivo que el Gobierno del PP viene practicando desde la reforma laboral del 2001, en el que como se va demostrando tienen por objeto recortar y derechos a los desempleados". De forma sorprendente, la postura de los sindicatos ha hecho que se recojan velas desde el Ministerio para no dañar más un diálogo social ya de por sí deteriorado.
Tras las críticas sindicales, Zaplana ha aclarado que el Gobierno no pretende abrir ningún debate sobre la regulación del despido con fecha, aunque insistió en que la propia dinámica de las economías modernas hace ineludible hablar de ciertos temas, “aunque sin fecha, y por lo tanto sin identificarlo con proyectos legislativos o intenciones del Gobierno”. Desde el PSOE, no se ha hechos esperar la respuesta. El responsable económico socialista, Jordi Sevilla, considera que las declaraciones de Zaplana son una "provocación del ministro a los trabajadores, cuando estos tienen convocada una protesta el próximo día 5 contra los recortes de los derechos que supone el decretazo". El portavoz socialista considera una "irresponsabilidad " que en lugar de intentar la vía del acercamiento con los agentes sociales, el ministro opte por la de la confrontación".