L D (EFE) El plan que la cámara de diputados comenzará a examinar el martes está construido sobre una previsión de crecimiento del 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y prevé “estabilizar” el déficit en el 2,6 por ciento del PIB calculado para 2002. El primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha reconocido que la hipótesis de crecimiento económico para el próximo año es “ambiciosa”. Sin embargo, los economistas apuestan por un 2 por ciento y recuerdan que el crecimiento para 2002 ya tuvo que ser rebajado a la baja en un uno por ciento. Además, reconocen que una posible guerra en Irak, el alza de los precios del petróleo y la crisis bursátil amenazan a la economía mundial.
El ministro de Economía y Finanzas, Francis Mer, ha defendido la hipótesis del 2,5 por ciento para 2003: se trata de “una previsión, no una predicción”, replicó a legisladores escépticos. Mer, cuya continuidad en el Gobierno conservador francés es objeto de interrogantes periódicos, está en la tesitura de buscar un equilibrio imposible entre las promesas electorales del presidente, el neogaullista Jacques Chirac, los imperativos europeos y la brutal ralentización de la economía.
Para 2003, el plan presupuestario prevé recortes de impuestos y de cotizaciones empresariales por valor de 4.100 millones de euros; y un fuerte aumento de las partidas de Interior (4,1%), Justicia (7,4%) y Defensa (5,4%). Para compensar esos incrementos y limitar el aumento del gasto público en un 0,2 por ciento en volumen y en un 1,7 por ciento en valor a 273.500 millones de euros, el Ejecutivo ha recortado otras partidas como Educación, Agricultura, Trabajo, Cultura e Investigación.
Precisamente para protestar contra el recorte de puestos en la enseñanza y denunciar “el abandono de la prioridad a la Educación”, los sindicatos han llamado a la huelga a todo el personal educativo, desde los parvularios hasta las universidades, para el próximo jueves. Paralelamente, hay paros laborales convocados en el sector médico (especialistas, radiólogos, dentistas), sin olvidar acciones en empresas objeto de algún plan de reorganización como Atofina. Antes, el martes tendrá lugar el “día mundial de acción de los camioneros”.
Sobre ese trasfondo social agitado, los diputados aprobarán, en un voto “solemne”, el proyecto de ley de empleo que “flexibilizará” las 35 horas semanales de trabajo, abriendo la puerta en la práctica a la vuelta las 39 horas, armonizará en tres años las diversas escalas de salario mínimo y aliviará las cotizaciones empresariales. Unos planes que han sido cuestionados por Bruselas. La Comisión critica que Francia sea el único de los países del euro que no quiso comprometerse la semana pasada a reducir su déficit estructural en medio punto en 2003.
El ministro de Economía y Finanzas, Francis Mer, ha defendido la hipótesis del 2,5 por ciento para 2003: se trata de “una previsión, no una predicción”, replicó a legisladores escépticos. Mer, cuya continuidad en el Gobierno conservador francés es objeto de interrogantes periódicos, está en la tesitura de buscar un equilibrio imposible entre las promesas electorales del presidente, el neogaullista Jacques Chirac, los imperativos europeos y la brutal ralentización de la economía.
Para 2003, el plan presupuestario prevé recortes de impuestos y de cotizaciones empresariales por valor de 4.100 millones de euros; y un fuerte aumento de las partidas de Interior (4,1%), Justicia (7,4%) y Defensa (5,4%). Para compensar esos incrementos y limitar el aumento del gasto público en un 0,2 por ciento en volumen y en un 1,7 por ciento en valor a 273.500 millones de euros, el Ejecutivo ha recortado otras partidas como Educación, Agricultura, Trabajo, Cultura e Investigación.
Precisamente para protestar contra el recorte de puestos en la enseñanza y denunciar “el abandono de la prioridad a la Educación”, los sindicatos han llamado a la huelga a todo el personal educativo, desde los parvularios hasta las universidades, para el próximo jueves. Paralelamente, hay paros laborales convocados en el sector médico (especialistas, radiólogos, dentistas), sin olvidar acciones en empresas objeto de algún plan de reorganización como Atofina. Antes, el martes tendrá lugar el “día mundial de acción de los camioneros”.
Sobre ese trasfondo social agitado, los diputados aprobarán, en un voto “solemne”, el proyecto de ley de empleo que “flexibilizará” las 35 horas semanales de trabajo, abriendo la puerta en la práctica a la vuelta las 39 horas, armonizará en tres años las diversas escalas de salario mínimo y aliviará las cotizaciones empresariales. Unos planes que han sido cuestionados por Bruselas. La Comisión critica que Francia sea el único de los países del euro que no quiso comprometerse la semana pasada a reducir su déficit estructural en medio punto en 2003.