L D (EFE) Felipe González ha hecho estas declaraciones después de asistir a un un oficio religioso en el cementerio de La Paz de Alcobendas (Madrid), donde el empresario fue posteriormente incinerado.
El ex presidente ha acudido al cementerio acompañado por su esposa, la diputada del PSOE Carmen Romero, y allí ha coincido con otro de sus “hombres de confianza”, el presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco. También estaban los ex ministros de Interior de su gabinete: José Luis Corcuera y José Barrionuevo, y el ex director general de la Policía José María Rodríguez Colorado.
Enrique Sarasola había nacido en San Sebastián en 1937. Con veinte años se trasladó a Colombia, donde desarrolló con éxito diversos negocios. A su regreso a España en 1970, prosiguió con su actividad empresarial, siendo uno de los fundadores de la revista Cambio 16. Desde que lo conoció en 1974, su nombre estuvo estrechamente unido al de Felipe González, muy especialmente desde que éste llegó a La Moncloa. Por algunos de los turbios negocios realizados a la sombra del poder tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados.
Hace menos de un año tuvo que comparecer por su implicación en las multimillonarias irregularidades en el caso de las Torres Kio. Fue declarado culpable aunque quedó absuelto por la prescripción del delito: el cobro de comisiones ilegales por la venta de los terrenos de Plaza de Castilla. El fiscal anticorrupción le consideraba responsable civil de la venta irregular de los terrenos de Plaza de castilla y determinó que indemnizara a Torras con más de un millón de dólares. En esta operación se relacionó con "Los Albertos" en la pugna por el control del Banco Central a través de Ibermer. Esta sociedad intervino en la operación de Cartera Central, que permitió a Alberto Cortina y Alberto Alcocer intercambiar los terrenos de las Torres Kio por un importante paquete de acciones del Banco Central.
Su nombre también ha figurado en otros casos. Su primer encuentro con al justicia se produjo el 8 marzo de 1977 con ocasión de la irregular construcción de un edificio de apartamentos en Cádiz. A raíz de este hecho, este día fue condenado a pagar alrededor de 26 millones de pesetas. En 1985, la oposición parlamentaria elevó una pregunta al Gobierno solicitando explicaciones por el excesivo número de escoltas con que contaba el empresario. La respuesta oficial fue que Sarasola era objetivo de ETA. Tiempo después, el 19 de diciembre de 1993, uno de sus escoltas —que se identificó como “miembro del servicio de protección del asesor del Gobierno”— agredió al portero del club hípico de Sevilla cuando éste cortó el paso al empresario a la instalación por carecer de invitación. El caso está a la espera de resolución judicial.
El 3 de noviembre de 1994 declaró ante el juez de delitos monetarios, Miguel Moreiras, como presunto inculpado en una evasión de dinero negro a partir de un director del Banco de Gestión Financiera. Tras tomarle declaración, el magistrado le dejó en libertad sin cargos. Ese mismo mes, el escritor José Luis de Vilallonga comentó que el empresario contribuyó a enriquecer a Felipe González con motivo de la construcción del metro de Medellín. Esta afirmación fue negada por Sarasola. Entonces ya empleó el argumento utilizado ahora por Felipe González: enmarcó la acusación de Vilallonga dentro de la campaña de desprestigio existente contra él por su amistad con González. En noviembre de 1999 se vio en el juzgado de lo penal número 8 de Madrid un juicio contra él por los presuntos delitos de estafa y alzamiento de bienes en la Sociedad Española de Banca de Negocios. El caso, por el cual el fiscal le pidió dos años de cárcel, está pendiente de sentencia.
Otro episodio negro de su biografía empresarial fue su paso por el hipódromo de La Zarzuela. Patrimonio Nacional se lo arrendó en 1992. Cuatro años después fueron suspendidas las carreras por haber acumulado unas deudas de 6.500 millones de pesetas. El estropicio ocasionado por Sarasola todavía no ha sido resuelto y desde entonces no han vuelto a celebrarse carreras de caballos en Madrid.
El ex presidente ha acudido al cementerio acompañado por su esposa, la diputada del PSOE Carmen Romero, y allí ha coincido con otro de sus “hombres de confianza”, el presidente del Grupo PRISA, Jesús de Polanco. También estaban los ex ministros de Interior de su gabinete: José Luis Corcuera y José Barrionuevo, y el ex director general de la Policía José María Rodríguez Colorado.
Enrique Sarasola había nacido en San Sebastián en 1937. Con veinte años se trasladó a Colombia, donde desarrolló con éxito diversos negocios. A su regreso a España en 1970, prosiguió con su actividad empresarial, siendo uno de los fundadores de la revista Cambio 16. Desde que lo conoció en 1974, su nombre estuvo estrechamente unido al de Felipe González, muy especialmente desde que éste llegó a La Moncloa. Por algunos de los turbios negocios realizados a la sombra del poder tuvo que sentarse en el banquillo de los acusados.
Hace menos de un año tuvo que comparecer por su implicación en las multimillonarias irregularidades en el caso de las Torres Kio. Fue declarado culpable aunque quedó absuelto por la prescripción del delito: el cobro de comisiones ilegales por la venta de los terrenos de Plaza de Castilla. El fiscal anticorrupción le consideraba responsable civil de la venta irregular de los terrenos de Plaza de castilla y determinó que indemnizara a Torras con más de un millón de dólares. En esta operación se relacionó con "Los Albertos" en la pugna por el control del Banco Central a través de Ibermer. Esta sociedad intervino en la operación de Cartera Central, que permitió a Alberto Cortina y Alberto Alcocer intercambiar los terrenos de las Torres Kio por un importante paquete de acciones del Banco Central.
Su nombre también ha figurado en otros casos. Su primer encuentro con al justicia se produjo el 8 marzo de 1977 con ocasión de la irregular construcción de un edificio de apartamentos en Cádiz. A raíz de este hecho, este día fue condenado a pagar alrededor de 26 millones de pesetas. En 1985, la oposición parlamentaria elevó una pregunta al Gobierno solicitando explicaciones por el excesivo número de escoltas con que contaba el empresario. La respuesta oficial fue que Sarasola era objetivo de ETA. Tiempo después, el 19 de diciembre de 1993, uno de sus escoltas —que se identificó como “miembro del servicio de protección del asesor del Gobierno”— agredió al portero del club hípico de Sevilla cuando éste cortó el paso al empresario a la instalación por carecer de invitación. El caso está a la espera de resolución judicial.
El 3 de noviembre de 1994 declaró ante el juez de delitos monetarios, Miguel Moreiras, como presunto inculpado en una evasión de dinero negro a partir de un director del Banco de Gestión Financiera. Tras tomarle declaración, el magistrado le dejó en libertad sin cargos. Ese mismo mes, el escritor José Luis de Vilallonga comentó que el empresario contribuyó a enriquecer a Felipe González con motivo de la construcción del metro de Medellín. Esta afirmación fue negada por Sarasola. Entonces ya empleó el argumento utilizado ahora por Felipe González: enmarcó la acusación de Vilallonga dentro de la campaña de desprestigio existente contra él por su amistad con González. En noviembre de 1999 se vio en el juzgado de lo penal número 8 de Madrid un juicio contra él por los presuntos delitos de estafa y alzamiento de bienes en la Sociedad Española de Banca de Negocios. El caso, por el cual el fiscal le pidió dos años de cárcel, está pendiente de sentencia.
Otro episodio negro de su biografía empresarial fue su paso por el hipódromo de La Zarzuela. Patrimonio Nacional se lo arrendó en 1992. Cuatro años después fueron suspendidas las carreras por haber acumulado unas deudas de 6.500 millones de pesetas. El estropicio ocasionado por Sarasola todavía no ha sido resuelto y desde entonces no han vuelto a celebrarse carreras de caballos en Madrid.