José Castaño, empresario de pompas fúnebres en el municipio leonés de La Bañeza, decidió ofrecerle un empleo a Luis Roldán, según este argumento, que destacó ABC: “Si Roldán consiguió engañar a Felipe González, seguro que tiene mucho talento comercial”.
No, don José, no. El engaño no tiene nada que ver con el comercio. Al contrario, es su ruina, y lo comprobará usted si en vez de fomentar la rehabilitación de Roldán lo incentiva a que siga por el camino fraudulento que lo llevó del PSOE a la cárcel.
Desde la Ilustración liberal del siglo XVIII se ha reflexionado sobre las virtudes asociadas al comercio, y de cómo el mercado las potencia, desde la honradez hasta el buen trato y la puntualidad. El comercio, decían entonces sabiamente, equivale a unas “suaves cadenas” que enlazan a la gente porque estriban en darle lo que necesita, a buen precio, con buenos modos, y sin trampas. En caso contrario, el personal se va a otro sitio. Y recuerda. No les resultará fácil a Mario Conde o a Javier de la Rosa volver a hacer negocios. Ni, por cierto, a Roldán.
Yo, de momento, ya sé con qué empresa de pompas fúnebres no voy a tratar en La Bañeza. Y no (sólo) por su nuevo empleado, don Luis Roldán.
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