LD (EFE) El consejero delegado, Ángel Ron, ha reconocido que 2003 va a ser “la prueba de fuego” para el negocio bancario, aunque prefirió no dar previsiones de resultados. No obstante, en 2002 las cosas no les han ido nada mal y sus beneficios han mejorado un 12 por ciento. La entidad presidida por los hermanos Valls Taberner atribuye este crecimiento a su "estrategia de crecimiento rentable", que le ha permitido lograr aumentos de dos dígitos en la mayor parte de sus márgenes de negocio y, al tiempo, mejorar su eficiencia. En concreto, el margen de intermediación , que muestra la diferencia entre ingresos y costes de productos financieros, creció el 13,5 por ciento y se situó en 1.591,38 millones de euros, al tiempo que el margen básico, que incluye también las comisiones y las operaciones financieras, mejoró el 8,9 por ciento, hasta elevarse a 2.193,04 millones.
El menor crecimiento de esta última partida se debió a que la negativa evolución de la bolsa hizo que las comisiones netas sólo crecieran el 0,9 por ciento y el resultado de operaciones financieras disminuyera el 35,6 por ciento, también afectado por una mayor necesidad de saneamiento de las carteras por la desaceleración de la economía. Todo ello, unido a un aumento del 4,5 por ciento de los costes del grupo, dieron lugar a un margen de explotación , o resultado de la actividad típicamente bancaria, de 1.308,1 millones de euros, el 13,1 por ciento más que el año anterior.
Para el banco, este crecimiento "confirma el éxito de la política de crecimiento con rentabilidad", ya que las alzas de los márgenes vienen acompañadas de una mejora de 1,5 puntos en el ratio de eficiencia (relación entre ingresos y costes), que ha quedado situado en el 35,7 por ciento. Además, los resultados extraordinarios también tuvieron un impacto muy positivo en las cuentas del Popular, pues se elevaron a 50,38 millones de euros, frente a los 113,56 millones que le costaron estas operaciones el ejercicio anterior.
Los resultados del Popular reflejan además una política de prudencia, ya que dotó 94 millones de euros en provisiones no asignadas a riesgos concretos, ni exigidas en la normativa, y con las que busca "mantener la máxima fortaleza del balance". Las dotaciones para insolvencias se elevaron a 265 millones de euros, el 21,4 por ciento más que el año anterior, y la aportación al fondo de riesgos bancarios, a otros 9 millones.
El menor crecimiento de esta última partida se debió a que la negativa evolución de la bolsa hizo que las comisiones netas sólo crecieran el 0,9 por ciento y el resultado de operaciones financieras disminuyera el 35,6 por ciento, también afectado por una mayor necesidad de saneamiento de las carteras por la desaceleración de la economía. Todo ello, unido a un aumento del 4,5 por ciento de los costes del grupo, dieron lugar a un margen de explotación , o resultado de la actividad típicamente bancaria, de 1.308,1 millones de euros, el 13,1 por ciento más que el año anterior.
Para el banco, este crecimiento "confirma el éxito de la política de crecimiento con rentabilidad", ya que las alzas de los márgenes vienen acompañadas de una mejora de 1,5 puntos en el ratio de eficiencia (relación entre ingresos y costes), que ha quedado situado en el 35,7 por ciento. Además, los resultados extraordinarios también tuvieron un impacto muy positivo en las cuentas del Popular, pues se elevaron a 50,38 millones de euros, frente a los 113,56 millones que le costaron estas operaciones el ejercicio anterior.
Los resultados del Popular reflejan además una política de prudencia, ya que dotó 94 millones de euros en provisiones no asignadas a riesgos concretos, ni exigidas en la normativa, y con las que busca "mantener la máxima fortaleza del balance". Las dotaciones para insolvencias se elevaron a 265 millones de euros, el 21,4 por ciento más que el año anterior, y la aportación al fondo de riesgos bancarios, a otros 9 millones.