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Fernando Saiz

Consejos sobre la vivienda

Un amigo muy cercano se queja de lo carísimos que están los pisos y me pregunta si es un buen momento para comprar uno. Mi reacción instintiva es lanzar una diatriba contra los ayuntamientos, las comunidades autónomas, el Tribunal Constitucional y contra los partidos políticos por conspirar, con distinto grado de responsabilidad e intención, para regular el mercado del suelo y, como consecuencia de ello, para elevar artificialmente su precio. Pero sospecho que lo que me pide mi amigo no es un análisis de lo que pasa con la vivienda sino un consejo, así que me contengo. “¿Es verdad lo que dice el Economist, que los precios van a bajar en España entre un 20 y un 30 por ciento”, me pregunta alarmado. Mi devoción por The Economist es infinita, pero a mi amigo le contesto que no, que eso no parece probable. No ha ocurrido nunca en España ni hay razones serias para pensar que vaya a ocurrir ahora, por lo que el temido efecto de pérdida de riqueza, que podría llegar a tener un impacto muy negativo en el consumo privado, no debería ser una hipótesis de trabajo.

Lo que sí puede pasar en unos cuantos años es que algunos inversores que han suscrito créditos a tipo de interés variable se pillen los dedos con sus hipotecas. Muchas familias hacen sus cuentas sobre la letra mensual que es capaz de soportar su presupuesto basándose en los tipos de interés actuales, situados en niveles históricamente bajos, y no tienen en cuenta escenarios futuros menos favorables. Si los tipos hipotecarios, que ahora rondan el tres por ciento, se estiran hasta el cinco o el seis por ciento, lo cual es bastante verosímil en un horizonte de digamos cinco años, muchas economías familiares van a crujir y la onda expansiva llegará a las entidades bancarias. “¿Entonces?”, me pregunta mi amigo buscando ansiosamente una conclusión. Yo acababa de leer unas declaraciones del ministro de Economía del Reino Unido, Gordon Brown, en las que decía que la excesiva afición de los británicos por los tipos hipotecarios variables era causa potencial de inestabilidad económica y una de las razones por la que la libra esterlina no está todavía en condiciones de integrarse en el euro. Así que le digo, con una seguridad que estoy muy lejos de sentir: “Si quieres tranquilidad, mírate un préstamo a tipo de interés fijo”. “Ya, pero te piden casi un seis por ciento”, me desarma mi amigo. En fin, que la vivienda está muy cara y que uno no vale para dar consejo

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