El célebre escritor y economista José Luis Sampedro denunció las “mentiras” de la globalización: “Es un sarcasmo. Suena a un globo que se eleva, pero en el globo van muy pocos, y abajo nos quedamos los globalizados”.
Uno comprende que la base del pensamiento único es la tristeza por lo mal que va el mundo, el mundo capitalista, se entiende; pero esto de Sampedro lleva la habitual tomadura de pelo hasta el insulto. O sea que hay un pequeño grupo de privilegiados, nada más, y abajo están los míseros “globalizados”, infortunados todos, entre los que se cuenta ¡José Luis Sampedro!
El retrato del mundo que pinta este conspicuo intelectual, donde prácticamente nadie sale adelante y prospera, es una pura ficción; pero además su autorretrato es irrisorio. Vamos a ver, don José Luis: usted es catedrático de la primera universidad de este país, es miembro de la Real Academia Española, es autor de best-sellers, es persona famosa, querida y admirada. Estas bobas declaraciones suyas las leí a cuatro columnas en el primer periódico de España, con gran foto suya. ¿Me quiere decir qué clase de pobre marginado “globalizado” es usted?
Por repetir los tópicos de la izquierda, repite el clásico camelo de que en el mundo (capitalista, claro) no hay libertad alguna, y no podemos expresar nuestro pensamiento: “Si ese pensamiento es grato al poder, tendremos libertad para expresarlo; si no, no”. Dios Santo, o sea que él, que puede decir lo que se le antoja no sólo con libertad sino con un eco impresionante ¡no es libre!