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Gary S. Becker

El costo de las nuevas medicinas

Se estima que los gastos en atención médica seguirán aumentando durante las próximas décadas. Estos se dispararon en Estados Unidos de 5% del PIB a 15% entre 1980 y 2003. Se cree que alcanzarán 25% del PIB para el año 2030, pero al contar con nuevos medicamentos es posible frenar el crecimiento del gasto y mejorar la salud si los proyectos gubernamentales son correctamente estructurados.
 
Desde que el mundo occidental y Japón experimentan un continuo aumento del gasto médico, se cree que ello se debe a que la gente vive más años. Sin embargo, un reciente artículo de David Cutler, destacado economista de la salud de Harvard, demuestra que la vejez representa menos de la mitad del aumento del costo médico en los países industrializados. Cutler concluye que cerca de un tercio del aumento en EEUU se deberá a una población de más edad y el resto a mayores gastos de todas las edades en nuevos equipos y procedimientos.
 
Pero se puede estar exagerando el pronóstico de gastos médicos al tomar en cuenta que las nuevas medicinas rebajarán el costo de la salud y mejorarán la calidad de vida. Por ejemplo, una investigación publicada en el Journal of Clinical Psychiatry reporta que el gasto en antidepresivos por persona aumentó de 400 dólares en 1990 a 1.300 dólares en 2000, pero la hospitalización de esas personas bajó tanto que el gasto total por persona fue inferior. Esas medicinas han mejorado mucho la calidad de vida de los pacientes que sufrían de depresiones severas y que ahora pueden funcionar bastante bien en su trabajo.
 
Frank R. Lichtenberg de la Escuela Graduada de Negocios de Columbia demostró que las nuevas medicinas han reducido la mortalidad de adultos en EEUU y en más de 50 países desde 1982. Hay considerable evidencia que la gente está dispuesta a gastar más en nuevos adelantos para incrementar la expectativa de vida y mejorar la calidad de sus vidas.
 
Yo pienso que la contribución de medicinas más efectivas será aún más importante en las próximas décadas, a medida que se consiguen remedios para el Alzheimer, las enfermedades cardiovasculares, cáncer, SIDA, diabetes, Parkinson y demás enfermedades serias. Una mejor comprensión de la genética promoverá nuevos tratamientos y nuevas medicinas hechas a la medida para individuos.
 
Inclusive en los casos donde no se logra una cura total, las medicinas que retrasan el comienzo y severidad de enfermedades reducirán el gasto y la innecesaria estadía en hospitales y hogares para ancianos, permitiendo que los familiares cuiden a los pacientes.
 
Como el gasto médico se concentra en los viejos, es importante que los seguros que cubren las medicinas estén bien estructurados en el sistema Medicare. Lamentablemente, la ley promulgada a fines del año pasado tiene defectos que deben ser corregidos antes de que entre en vigencia total para el año 2006.
 
El deducible debe ser aumentado a 1.000 dólares al año porque los viejos quieren principalmente una cobertura de medicinas caras que evitan su hospitalización. Los viejos pobres ya tienen cobertura bajo Medicaid.
 
Las nuevas medicinas tienen el potencial de recortar considerablemente el aumento en los gastos médicos y es crucial aprovechar al máximo ese potencial.
 
© AIPE
Gary S. Becker, Premio Nobel 1992, profesor de economía de la Universidad de Chicago y académico de Hoover Institution.

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