Carlos Slim, dueño de Telmex desde que en 1991 compró la telefónica al gobierno mexicano, es el latinoamericano más rico. Lo llaman el rey Midas porque todo lo que toca se convierte en oro y sería interesante preguntarle cómo lo logra. Ha venido dos veces a Buenos Aires para iniciar inversiones. Usted dirá: vino a realizar estudios de mercado, a reunirse con socios, a evaluar a los clientes potenciales. Quizás, pero lo que sí sabemos es que ambas veces se reunió con el presidente Néstor Kirchner. Sucede que en la Argentina ningún negocio grande se hace sin el visto bueno del mandamás.
Insólitamente, después de su última reunión con el presidente argentino, Slim dijo que la Argentina (que protagonizó la cesación de pagos más grande de la historia) es "totalmente confiable". Pero sus extrañas afirmaciones siguieron al asegurar que "son sorprendentes" los resultados económicos logrados, elogiando la gestión de Kirchner ya que "entró en condiciones difíciles... y se enfocó hacia lo prioritario: la gente".
Los resultados "sorprendentes" a que se refiere Slim fueron analizados por el Instituto Internacional para el Desarrollo de la Gestión, de Lausana, Suiza. La economía argentina bajó al puesto 59 (del 58 en 2003), entre los 60 países de la clasificación anual de competitividad, superando sólo a Venezuela que está en el último puesto, el número 60. El primero lo ocupa EEUU y Singapur el segundo. Brasil cayó al puesto 53, muy por debajo de Chile, que se destaca como el país más competitivo de América Latina, mientras que Colombia es el segundo más eficiente de la región.
El socio local de Slim es Paolo Rocca, presidente de Techint, empresa que de la nada pasó a ser una gran multinacional construyendo obras públicas que, en Argentina nunca se hacen sin pagar "comisiones". Techint, gran propulsor del Estado constructor, es hoy socio del gobierno de Kirchner en una inversión de 1.000 millones de dólares para la construcción de un gasoducto desde Argentina a Bolivia.
Slim, quien comenzó sus negocios en Argentina de la mano de Techtel, una empresa de comunicaciones corporativas subsidiaria de Techint, viene analizando con sus socios el atraso en infraestructura de América Latina. El mexicano posee fuertes intereses en compañías de telefonía móvil, mantiene una dura competencia en el mercado latinoamericano con Telefónica que, cuando era una empresa estatal española, se inició en Argentina con una privatización que le cedió un monopolio garantizado por el Estado. Ahora, el mexicano ingresó en el mercado uruguayo al obtener del gobierno una licencia para operar en telefonía móvil.
Slim le dijo a Kirchner estar interesado en la represa hidroeléctrica Yacyretá, nada menos que el conocido "monumento a la corrupción" investigada hasta por el Congreso de EEUU. No hubo confirmación de que Slim estuviera interesado en invertir en la nueva empresa estatal de energía argentina, ENARSA, cuyo 53% será de capital estatal nacional, 12% de los estados provinciales y el resto estará a disposición del capital privado. Al respecto, Francisco de Narváez, otro empresario argentino, aseguró "no tengo inconveniente en asociarme con el Estado... el gobierno está definiendo una política nacional que tomará al petróleo como un bien de los argentinos... Como argentino, estoy convencido de que el petróleo y el gas tienen que ser un bien de reserva… subvencionado para el crecimiento del país".
Según la agencia AFP, la idea del gobierno argentino es formar una petrolera multinacional, básicamente estatal, a llamarse PetroAmérica o Petrosur, para competir con las multinacionales. Los socios serían Argentina, Bolivia, Brasil y Venezuela, naciones que poseen 11,5% de las reservas mundiales de petróleo y producen el 14,5% del total mundial.
En fin, para ser “gran empresario” en nuestros países poco cuentan los estudios de mercado, más interesa estudiar a los políticos y buscar la manera de acercarse a ellos.
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Alejandro A. Tagliavini es profesor de ESEADE (Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas) de Buenos Aires.