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Martín Krause

¿Dónde invertir?

En este mundo globalizado, las oportunidades de inversión son muchas, al igual que los mercados y los países donde realizar inversiones. ¿Dónde hacerlas? Claro, todo depende del grado de riesgo que quiera asumir el inversor y de su horizonte temporal, esto es, el tiempo que espera mantener la inversión en el lugar seleccionado.
 
Philippe Jorion, de la Universidad de California (Irvine), y William Goetzmann, de la Universidad de Yale, han realizado un estudio ("Global Stock Markets in the Twentieth Century") sobre el desempeño de los mercados accionarios en el mundo durante el siglo XX, lo cual da una perspectiva a largo plazo respecto a los rendimientos en cada mercado. Por supuesto, al inversor le interesa el rendimiento futuro, no el pasado, pero éste tal vez le dé alguna pista para tomar su decisión.
 
Los autores se encargaron de medir la prima de retorno en las inversiones en acciones en 39 países, siendo la "prima" el rendimiento obtenido por sobre una tasa de interés básica, como la de los bonos del Tesoro norteamericano. El resultado es que el mercado norteamericano se encuentra claramente por sobre los demás, con una prima anual del 4,3% contra una media para los demás de 0,8%. Alemania muestra uno del 6% para el período 1950-1996, pero esto es moderado por retornos mediocres hasta 1944 y un corte de cinco años donde los valores cayeron 72% en términos reales. Para todo el período Alemania obtiene una prima de 1,91%.
 
Algo similar sucede con Japón, donde se obtuvo un 5,52% en la posguerra, pero un retorno de menos 0,34% con anterioridad al conflicto y una caída del 95% en términos reales durante el interregno de 1944 a 1949. Según los autores Argentina mostraría un rendimiento para los períodos 1947-1965 y 1975-1996 que resulta negativo: -4,80%. Otros países de la región no salen mejor parados: Brasil resulta negativo (-0,17 para el período 1961-1996), junto a Colombia (-4,29 en 1936-1996), Perú (-4,85 en 1941-1996) y Venezuela (-2,04). Los positivos son México (2,30), Chile (2,99) y Uruguay (2,42).
 
La principal lección que extraen los autores de su larga búsqueda de datos por las publicaciones del FMI y la Liga de las Naciones es que los mercados de capitales han estado sujetos sistemáticamente a cambios dramáticos durante el siglo XX, ocasionados por crisis financieras, guerras, expropiaciones o revoluciones políticas.
 
Pese a la profunda crisis del año 29 y la depresión de los años 30, Estados Unidos parece haber presentado un marco institucional mucho más estable que todos los demás países. Lo mismo podría decirse de Suecia, con un rendimiento del 4,29% para el período 1921-96, teniendo en cuenta que no fue beligerante en ninguna de las dos guerras, ni sufrió cataclismos profundos. Luego se encuentran países como Suiza (3,24%) y Canadá (3,19%), que muestran características similares.
 
Los altos rendimientos de Alemania y Japón con posterioridad a la guerra señalan que esos países lograron encaminarse hacia entornos estables como los mencionados pero, ¿puede decirse lo mismo en todos los casos? No es algo que los autores se preguntan, pero bien valdría la pena analizar: Chile muestra un elevado retorno positivo para el período 71-96 (15,52%) lo que coincide con su afianzamiento económico e institucional, pero la Argentina muestra un retorno positivo del 16,71% para el período 1975-96, uno que estuvo signado por grandes disrupciones (golpes militares, hiperinflación, confiscaciones, etc.) ¿Acaso estamos en camino a una seria institucionalización? Como siempre, el caso argentino parece necesitar explicaciones adicionales.
 
Martín Krause, rector de la Escuela Superior de Economía y Administración de Empresas (ESEADE)

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