El escritor Vicente Molina Foix afirma que los partidarios de la excepción cultural no quieren obligar a los espectadores a asistir a una película europea: “Lo que se pretende con estas medidas…es asegurar la mera existencia…dar la posibilidad de elegir”. Verdaderamente, los antiliberales son un encanto, y debemos estarles eternamente agradecidos porque, abnegados, no nos van a forzar a ver bodrios que no queremos ver. Sólo a pagarlos.
Dirá usted, porque es una persona así de subversiva: ¡pero eso también es una obligación! Y entonces los progresistas supuestamente amigos del pueblo replicarán: no, se trata simplemente de que la subvención, la financiación televisiva forzada, o la cuota de pantalla concedan al bodrio la mera posibilidad de existir, de modo que usted pueda libremente elegir. ¿Verdad?