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Carlos Rodríguez Braun

Marxismo redivivo

Mises apuntó algo sobre lo que tampoco ha pensado John Berger: los países más liberales y capitalistas nunca son los que inician las guerras, sino los que las ganan.

El escritor británico John Berger, en un ridículo artículo donde llama "patriota" a Michael Moore, como si la mentira y la manipulación demagógicas guardaran relación con el amor a la patria, redescubre el camelo marxista del imperialismo: el capitalismo desigualador "necesita, para sobrevivir, una guerra continua con algún enemigo exterior inventado para mantener el orden y la seguridad interior".
 
Se trata de una insultante y vieja patraña. Llena de estupor eso de que el enemigo exterior es inventado, como si los terroristas fueran ficticios. Pero lo mismo se decía en tiempos de la Guerra Fría, ridiculizando a quienes hablaban del peligro comunista, como si éste hubiese sido también algo inventado –no lo fue, desde luego, para los millones de trabajadores asesinados por los comunistas.
 
Y asombra también la alegría con que se repiten los embustes de la teoría del imperialismo, según la cual la economía de mercado necesita la expansión bélica exterior para mantener la tiranía interior. No hay evidencia de que esto sea así, y en cambio hay muchos indicios de que es al revés, de que los recortes y bloqueos del mercado se asocian con la agresión y la opresión. El ejemplo más notorio es precisamente el comunismo, que ejerció dictaduras sanguinarias y al mismo tiempo dio nítidas pruebas de "necesitar" globalizar su violencia y expandirse, a través de la ocupación lisa y llana, o a través de la organización y exportación de movimientos terroristas.
 
Mises apuntó algo sobre lo que tampoco ha pensado John Berger: los países más liberales y capitalistas nunca son los que inician las guerras, sino los que las ganan.

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