José Vidal-Beneyto denunció audaz la existencia de un "pariente pobre" en Europa: "lo social". Ya puesto a desvariar, añadió que la "patética impotencia frente a una situación de tan importante paro estructural y de creciente precarización del empleo es consecuencia de la patente incapacidad de la Unión para relanzar la economía a causa de su debilidad presupuestaria y de las servidumbres que le impone la disciplina monetarista".
El llamado gasto social es el principal capítulo del gasto público total en los países europeos. Dicho gasto público, asimismo, representa un porcentaje superior al 40 % del PIB en la mayoría de la Unión Europea, y en varias naciones supera el 50 %. Por lo tanto, hablar de "pariente pobre" o de "debilidad presupuestaria" es un disparate, o incluso algo peor, si lo que el profesor Vidal-Beneyto ansía es que los impuestos que pagamos los europeos, que son los más elevados del mundo, aumenten aún más, para así resolver felizmente la "debilidad presupuestaria".