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Carlos Ball

La muy visible y pesada mano del gobierno

si todos los vehículos en EEUU consumieran una mezcla de 85% gasolina y 15% etanol habría que sembrar maíz en más de la mitad de los bosques, áreas verdes y parques nacionales

El presidente Bush firmó una nueva Ley de Energía de 1.724 páginas, con un coste fiscal de 12.317 millones de dólares en los próximos diez años. Como suele suceder en Washington, se trata de un reparto de favores a determinados empresarios y agricultores, junto con créditos impositivos a quienes compren coches híbridos, en lugar de ser un adelanto en reducir la dependencia del petróleo importado y rebajar el coste de la energía. No incluye la explotación de nuevos campos petroleros en Alaska y cada vez que el gobierno interviene en el mercado, aumentan los precios, decae la eficiencia y los consumidores pagan por nuevas utilidades que van a los bolsillos de grupos privilegiados con poderosos cabilderos en la capital.
 
De nuevo salieron ganando los productores de etanol, alcohol etílico que en EEUU se produce principalmente del maíz y en América Latina –especialmente en Brasil, que es el mayor productor del mundo– de la caña de azúcar.
 
Según los cabilderos que representan los intereses de los productores de maíz y de los fabricantes de etanol, el subsidio para producir 7,5 mil millones de galones de etanol logrará reemplazar 2 mil millones de barriles de petróleo importado. Un barril de petróleo contiene 42 galones. El problema es que el etanol produce 25 por ciento menos energía que el petróleo y se requerirían unos 156 mil millones de galones de etanol para reemplazar esa cantidad de petróleo.
 
Pero la situación es mucho peor. Según una reciente investigación de la Universidad del Estado de Washington, el etanol produce apenas 10% más energía de la que se utiliza en su elaboración. Es decir, nadie produciría etanol como aditivo a la gasolina si el gobierno no lo compensara con subsidios que promedian unos 70 centavos por galón de etanol. ¿Acaso los políticos no saben que los subsidios distorsionan el funcionamiento del mercado?
 
El etanol se evapora muy rápidamente, causando más contaminación que la gasolina y no puede ser transportado por oleoductos ni por camiones cisterna a grandes distancias, lo cual incrementa considerablemente su coste. Los productores de maíz y empresas como Archer-Daniels-Midland, la cual elabora cerca del 40% del etanol en EEUU, van a recibir subsidios por unos 2.300 millones de dólares, mientras que los consumidores pagarán aún más por la gasolina. Como decía el congresista Dick Armey: “la demagogia le gana a las estadísticas durante la promulgación de políticas gubernamentales”.
 
A los ambientalistas les encanta el etanol porque odian al petróleo. Lo que no toman en cuenta es que si todos los vehículos en EEUU consumieran una mezcla de 85% gasolina y 15% etanol habría que sembrar maíz en más de la mitad de los bosques, áreas verdes y parques nacionales. En ese caso, deberíamos apodarlos “amarillos” en lugar de “verdes”.
 
Por su parte, el gobierno venezolano de Hugo Chávez anunció planes para sembrar 300 mil hectáreas de caña de azúcar y construir 14 plantas para producir etanol, con el fin de reducir el consumo interno de petróleo y dar empleo a 400 mil trabajadores que votarán en su próxima reelección. La caña de azúcar rinde tres veces más en la producción de etanol que el maíz, pero si algo comprobó la tremenda caída de la producción petrolera venezolana –después de que sustituyeron al personal técnico experimentado por hordas chavistas– fue la incapacidad e ignorancia de la burocracia “bolivariana” que controla todo en la nueva Venezuela comunista.

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