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Carlos Rodríguez Braun

Cooperación liberal

Esa persona prudente que según Sampedro refuta al liberalismo es precisamente la que el liberalismo propicia y defiende.

Sostiene Javier Sampedro en El País que el liberalismo es o bien una predicación de un aislado egoísmo que funciona sobre la base de no cooperar, o bien una arcadia que queda pulverizada si introducimos la prudencia, es decir, la gente deja de cooperar con quien estafa de modo reiterado. El liberalismo quedaría, así, refutado. Pues bien, veamos.
 
Según Sampedro, la teoría de Adam Smith de la mano invisible es: “el bien de la sociedad emerge del egoísmo de los individuos”. Una somera noción de quién era Smith basta para dudar que hubiera podido sostener semejante cosa. Mandeville sí, y por eso Smith le reprocha en la Teoría de los sentimientos morales el no distinguir entre vicio y virtud. El egoísmo es un vicio, y Smith nunca lo auspició. Lo que sí afirmó es algo muy distinto: que el cuidado de nuestro propio interés en un marco de paz, justicia y libertad, es moralmente plausible y económicamente provechoso.
 
Toda la obra del pensador escocés se basa en la idea de la cooperación fundada en el respeto a valores y normas, totalmente opuesta a la noción de individuos egoístas y aislados. Esa persona prudente que según Sampedro refuta al liberalismo es precisamente la que el liberalismo propicia y defiende.
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