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Carlos Rodríguez Braun

La capitalización de Caldera y el paraíso de El País

La protesta de Caldera revela su incapacidad de pensar en la libertad y la creación de riqueza.

Aseguró el ministro Jesús Caldera en El Mundo que con la llegada de inmigrantes "capitalizamos nuestras economías al tiempo que descapitalizamos las de los países en vías de desarrollo". Y advirtió El País que la Amazonia peruana está en "peligro de muerte" porque pueden utilizarse sus recursos petrolíferos.

Es imposible que a Caldera se le ocurra la libertad. Vamos, ni por casualidad. Por eso, en vez de proponer mercados abiertos e impuestos moderados, quiere subir los impuestos y alterar los mercados interviniendo aquí y en el resto del mundo. Dijo que por cada cerebro que abandona los países pobres el Gobierno español subsidiará la educación allí de otro joven estudiante.

El subsidio es para don Jesús la clave, y no la educación. Cualquiera sabe que en las universidades de México o Buenos Aires hay muchos más estudiantes que en Harvard, y eso no parece haber fomentado la calidad de la formación. La protesta de Caldera revela su incapacidad de pensar en la libertad y la creación de riqueza. ¿Por qué cree él que los universitarios abandonan los países pobres? Es evidente que porque no hay allí oportunidades suficientes para desarrollar sus carreras. Si esas oportunidades no aumentan, subsidiar la educación equivale a fomentar el fenómeno que se desea mitigar.

Típicamente, en vez de atender al problema, Caldera atiende al síntoma. Y además equivoca el problema, porque no hay capitalización de colectivos sino de individuos, y esta capitalización, lógicamente, termina en que el señor de Nigeria, ante la imposibilidad institucional de capitalizarse allí, se capitalice en Cambridge en lugar de en su país natal. La decisión individual es correcta, pero eso no es lo que el ministro pretende.

Y lo que pretende el reportaje de El País es alarmarnos ante el progreso: "las petroleras acechan la jungla más bella". Las petroleras buscan petróleo, un bien que sirve para mejorar las condiciones de vida de todos. Pero de todos los seres humanos, que son los ausentes en la visión ecológica. ¿Por qué es un "paraíso" la jungla? El reportaje del diario progresista define claramente lo que es un paraíso: allí donde hay animales y no personas. Los animales "no lo saben, pero su paraíso está en peligro. El dinero, el poder, el desarrollo, el petróleo los acechan". En cambio, lo bonito es la selva que "se siente en la piel". ¿Y por qué se siente en la piel? Porque allí la piel es ¡acribillada por millones de mosquitos!

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