Leo en El País: "La rebaja de impuestos del PP cuesta más del doble que la socialista... España se sitúa a la cola de la UE en presión fiscal y gasto... sólo Irlanda da menos importancia al gasto social que España". Y así lamentó el diario progresista la situación madrileña: "Madrid es la comunidad que menos aumenta el gasto público... las inversiones pierden peso en un presupuesto madrileño que consolida la tendencia de privatizar los servicios públicos". Estas ideas resumen el pensamiento único a propósito del sector público, y están marcadas por una coincidencia: sistemáticamente eluden la posibilidad de que la coacción pueda ser censurable.
Así, rebajar impuestos, es decir, dejar en manos de los ciudadanos más de lo que es su propiedad, es algo que "cuesta". Si España tiene unas autoridades que no les quitan a los ciudadanos relativamente tanto de lo que es suyo como hacen otras autoridades de países vecinos, esto significa que España "está a la cola". Y la más espectacular de las paradojas: si la sociedad en España retiene más propiedad con respecto a las administraciones públicas que las sociedades de otros países, esto es malo, porque significa que ¡se da menos importancia al gasto social!
Si los ciudadanos de la Comunidad de Madrid tienen más libertad para decidir cómo gastan su dinero, porque gastan relativamente más ellos y menos las autoridades, esto es malo, porque debería subir el gasto público, es decir, el que no elige libremente la gente.
Y en cuanto a que en Madrid, o en cualquier otro lugar, se "consolida la tendencia a privatizar los servicios públicos", ya hemos dedicado hace poco una columna a este disparate (Extraña polémica sobre privatizaciones inexistentes). Sólo resta añadir: ojalá.
