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Juan Carlos Girauta

La boina virtual

Nuestra particular vulnerabilidad es responsabilidad de quienes no han querido ni sabido abordar los problemas estructurales de la economía española, que se asoma a la sociedad del conocimiento tocada con una boina virtual. Gracias, progresistas.

Con Rodríguez han aumentado las desigualdades, la presión fiscal, el paro, el número de inmigrantes ilegales, el déficit por cuenta corriente, el riesgo país, la distancia con nuestros socios monetarios en productividad y competitividad y con Occidente en las competencias de nuestros educandos.

Con Rodríguez ha descendido la confianza de los consumidores, el poder adquisitivo de los salarios, la inversión extranjera directa, el ahorro y la fiabilidad del sistema financiero español, falto de seguridad jurídica por intervencionismos y favoritismos de república bananera, como subyace en la reciente sanción de la UE a España con motivo de la dinamitada OPA de EOn sobre Endesa.

Este, y no otro, es el "sube y baja" económico de la legislatura. Sigue sus propias pautas y obedece a sus propias razones, que no son las de la montaña rusa del cambio de ciclo económico internacional. Ojo, por esa montaña rusa mundial también vamos a pasar, pero sentados en un sillín saltante y giratorio, y sin cinturón de seguridad. Lo que vaya a afectar a nuestros socios nos afectará aún más a nosotros, como es el caso del alza del precio del petróleo. El progrerío patrio abomina de las plantas nucleares, pero ya verán cómo les parece muy normal que compremos energía de origen nuclear a Francia.

Nuestra historia parece condenada a acentuar las tendencias del ciclo: cuando va bien en Occidente, en España va mejor; cuando va mal, va peor. Sólo tuvo esta regla una excepción para bien: la etapa del Aznar. La revolución tecnológica y las oportunidades de la globalización nos están pasando por encima mientras nos miramos el ombligo, nos interrogamos acerca de nuestra identidad nacional y decidimos las fosas de la guerra que conviene desenterrar.

Nuestra particular vulnerabilidad es responsabilidad de quienes no han querido ni sabido abordar los problemas estructurales de la economía española, que se asoma a la sociedad del conocimiento tocada con una boina virtual. Gracias, progresistas.

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