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Agapito Maestre

La ironía degradada

La crítica de Zapatero a Trichet, en verdad, es sólo una grosería de carácter populista: "culpar" a otros, especialmente a los agentes externos de la política española, de la crisis creada, aunque no sólo, por el propio Gobierno.

La crítica de Zapatero a Trichet ha sido calificada por el periodista de cámara del primero como "pronunciamiento inusual". Vale. Pero yo sería partidario de otra expresión, por ejemplo, "ironía degradada". Porque nadie está exento de la crítica en las sociedades abiertas, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, una de las pocas autoridades independientes de los gobiernos de la UE, ha recibido una "crítica" del presidente del Gobierno de España por declarar su intención de subir los tipos de interés, que ha hecho subir a más de cinco puntos el Euribor, principal índice de referencia hipotecaria, y que muy pronto repercutirá en la subida de las hipotecas de todos los españoles.

¿Reaccionará Trichet a las palabras de Zapatero? Es obvio que no; dudo de que Trichet conteste a Zapatero; aún dudo más de que alguien relevante de la política europea se haga eco de las "críticas" de Zapatero. Sin embargo, concediéndole a Zapatero alguna credibilidad, podríamos preguntarnos si tienen o no sentido esas críticas. Pero muy pronto reparamos que carecen de plausibilidad, no tienen ni pies ni cabeza las palabras de Zapatero, entre otras razones porque no ha adoptado ninguna medida que contemplara el nuevo escenario creado por el BCE, aunque sería mejor decir que no ha tomado medidas serias sobre los posibles escenarios de crisis, toda vez que para Zapatero ésta no existía. Ni existe.

La crítica de Zapatero a Trichet, en verdad, es sólo una grosería de carácter populista: "culpar" a otros, especialmente a los agentes externos de la política española, de la crisis creada, aunque no sólo, por el propio Gobierno. El problema es muy grave para España; pues, aunque imaginásemos que la crítica de Zapatero a Trichet tuviera algún fundamento, no creo que nadie en Europa le prestase atención a este político. La credibilidad de este hombre es cero. Nadie lo considera en Europa. Sospecho que tampoco en EEUU. Que el arquetipo del "político-basura" de Europa, y quizá del mundo, sí, al hombre que sólo le importa mantenerse en el poder, incluso al precio de la desaparición de su propia nación, llame irresponsable e imprudente a la mayor autoridad económica y monetaria de Europa no deja de ser una cuestión "irónica", una broma de mal gusto, un comportamiento irrespetuoso y, sobre todo, de mala educación.

Zapatero, como Hugo Chávez en Venezuela, o Fidel Castro en Cuba, es, antes que cualquier otra cosa, un político ineducado y grosero. De brocha gorda. Que el mayor imprudente e irresponsable de los políticos europeos descalifique con esas mismas palabras al presidente del BCE mueve a cualquiera que tenga dos dedos de frente a hilaridad. En fin, si esta gente del PSOE no quiere hacerse cargo de la crisis económica, que lean la portada del sábado de su periódico amigo, El País. Allí, en dos grandes titulares, está todo condensado. El primero es: "Los augurios de Trichet disparan el Euribor a su récord histórico". Aunque con letra más pequeña, el segundo titular no es menos expresivo: "El comercio hace acopio de productos por la huelga del transporte". Tampoco es suave un titular de primera del domingo del citado rotativo: "El gasóleo enciende los paros en pesca y transporte".

Esperemos que esos titulares sean un aviso, quizá una crítica, para que el Gobierno haga algo o, al menos, reconozca que estamos en una crisis económica de importancia. De todos modos, y a pesar de que no existe la oposición y la patronal y los sindicatos comen en la mano de Zapatero, esta semana España puede quedar paralizada. Es el comienzo de un desastre anunciado.

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