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John Stossel

¡El rescate fue aprobado!

Todo lo que puede hacer el Gobierno es desplazar el dinero de una parte de la economía a otra. ¿Qué induce a cualquiera a creer que el Gobierno sabe mejor dónde debería estar el dinero?

Vaya por Dios.

Cuando tantos políticos hablan con una sola voz para apoyar al mayor acto de intervención gubernamental en la economía durante generaciones, yo me echo a temblar.

Todo el mundo hablaba de la "congelación" de los mercados de crédito, pero ¿cómo es que los mismos informativos que repetían el mantra de la congelación del crédito hacían pausas para emitir anuncios de compañías que intentan prestarme dinero? Ditech y LendingTree aún siguen concediendo hipotecas por debajo del 6%. Vaya congelación crediticia.

El economista Robert Higgs, del Independent Institute, examinaba las cifras de crédito en poder de la Reserva Federal. Y escribía: "Aunque determinadas instituciones financieras innegablemente tienen problemas serios, los mercados de crédito en general no han dejado de operar. Además, los prestamistas están extendiendo crédito en cantidades sustanciales desde un punto de vista histórico".

Tal vez éste sea el motivo de que el periodista de economía de la CNN Ali Velshi rompiera el tono dominante al informar del crédito "agotado" y decía, "Cuando digo agotado no quiero decir que no haya dinero. Pero más vale que tenga buen historial de crédito y buen aval". ¿Qué tiene eso de malo?

Para aquellos que dicen que sin bancos nadie puede pedir prestado, el economista Steven Landsburg ofrece esta respuesta:
 

Los bancos no prestan su propio dinero; prestan el dinero de otros (de sus depositarios y de sus accionistas). Sólo porque los bancos desaparezcan no significa que los agentes de crédito lo vayan a hacer. Los prestatarios van a seguir queriendo pedir prestado y los prestamistas simplemente querrán prestar. La única cuestión es si serán capaces de encontrarse uno al otro. Como cualquier usuario de Match.com le puede decir, la tecnología para encontrar pareja ha mejorado [desde los años 30]. Cuando una empresa quiere recaudar capital, ¿por qué no vende valores simplemente por la red? ¿O amplia la oferta de acciones? ¿O contacta con uno de los fondos de inversión que parecen estar nadando en dinero? ¿O pide al extranjero?.

Sospecho que el rescate hará más mal que bien, y será similar a "ayudar" a un alcohólico dándole más alcohol. Ello perpetúa el riesgo moral que ya generaron el problema desde el principio. Sirve como catalizador para dar más dinero a prestatarios oportunistas que asumieron que en el futuro serían rescatados.

Y por supuesto a los políticos que empeoraron una ley de rescate mala añadiendo medidas fiscales para aficionados a los automóviles modificados, productores de cine, energías "alternativas", etc. A continuación insistieron en que toda la protección sanitaria tiene que cubrir las enfermedades mentales, un requisito que va a iniciar una orgía de fraudes y hacer inasequible la protección para millones. El engaño de los elegidos no conoce límites.

Tras aprobar el rescate, la bolsa se hundió más. ¿Se debió a que los inversores pensaron entonces más detenidamente cómo emplearían mal nuestros 700.000 millones de dólares los políticos? Todo lo que puede hacer el Gobierno es desplazar el dinero de una parte de la economía a otra. ¿Qué induce a cualquiera a creer que el Gobierno sabe mejor dónde debería estar el dinero?

Steven Horwitz, profesor de económicas de la St. Lawrence University, lo entendió perfectamente cuando escribía:

A corto plazo será doloroso si no rescatamos estas empresas, pero ese es el precio que pagamos por haber estado quince años o más de préstamo a diestro y siniestro. El rescate propuesto no puede evitar el dolor del ajuste, solamente puede paliarlo desplazándolo y distribuyéndolo entre los contribuyentes y una economía debilitada por el préstamo, los impuestos y/o la inflación necesaria para sufragar esos 700 mil millones de dólares. Haríamos mejor asumiendo de frente nuestro dolor a corto plazo y corrigiendo los errores de nuestra juerga y a continuación volver al libre mercado sin crear una monstruosa rama ejecutiva sin supervisión para salvar a aquellos que más se beneficiaron de la juerga y perjudicando en el proceso a contribuyentes inocentes.

Cierto, sin el rescate, podría haber habido una recesión severa. Las burbujas tienen que estallar. Pero es importante que dejemos estallar las burbujas. Los mercados se estabilizan a continuación y se recuperan.

Ahora los políticos están inyectando aire nuevo dentro de la burbuja, pero podríamos caer en una recesión de todas formas. Y con mayor intervención, regulación y ambigüedad con los verdaderos precios de mercado de esos valores respaldados por el Gobierno, los inversores no sabrán dónde colocar su dinero.

De manera que cualquier recesión durará más. Y el riesgo producto de la incertidumbre que perpetúa el rescate conducirá a nuevas burbujas... y a continuación a demandas de otro rescate. La libre iniciativa suena bien. En algún momento deberíamos intentarlo.

En Libre Mercado

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