¡Como nos gustaría vivir en un democracia normalizada! Una democracia en la que el Gobierno se preocupara de los ciudadanos, en la que el presidente gestionara con normalidad las crisis económicas reconociendo los datos y aceptando la realidad y en la que la oposición ejerciera como tal sin complejos. No parece que se pida mucho, únicamente democracia y poco más. Pero ese objetivo, en España, parece algo inalcanzable.
La crisis económica que está golpeando el sistema financiero y bancario ha provocado el pánico, dejando al Gobierno en evidencia, por actuar tarde, con grandes dosis de engreimiento y ataques a la oposición, lo que le ha forzado a refugiarse en Europa.
Por su parte, la oposición había centrado sus expectativas electorales en criticar la gestión de la crisis, algo lógico, pero no suficiente. Y es que, finalmente, Zapatero ha terminado por fagocitar a Mariano Rajoy. El Partido Popular ha tenido que apoyar obligatoriamente al Gobierno con las medidas de la Cumbre de París y ahora se queda sin argumentos de oposición. Ha sido incapaz de aprovechar una situación dramática en lo político por pensar que era suficiente con esperar para que el Ejecutivo Zapatero se desmoronara estrepitosamente. Y eso no ha sido así.
En todo caso, después de la entrevista entre Zapatero y Rajoy, lo único que se puede decir es que a los españoles sólo nos queda un negro panorama. El Gobierno español improvisa al ritmo de Europa y el PP no le da réplica, a pesar de que Zapatero no sabe qué hacer y no es consciente de la dimensión de la crisis. En definitiva, seguiremos avanzando hacia la pobreza y sin ningún político que haga oposición.