Hay quienes parten de la premisa que la crisis que vivimos a nivel mundial, y que les ha hecho perder parte de su patrimonio a millones de ahorradores, es producto de los fallos del sistema capitalista o de libre mercado.
Tal premisa es falsa. La crisis a la que nos enfrentamos es un ajuste del mercado ante los abusos y excesos promovidos o tolerados en muchos casos por ciertos gobiernos que crearon auges artificiales, a través de exceso de gastos y de endeudamiento. Como explico en mi libro La crisis y cómo librarla, eso suele terminar en crisis inflacionarias o en una dura recesión,
Varios analistas critican desde hace varios años la manera en que el Gobierno de Estados Unidos promovía los créditos hipotecarios. Pero esa no fue la causa principal de la actual recesión, sino lo que realmente derramó el vaso. El abuso de los créditos hipotecarios por parte de instituciones creadas por el Gobierno de Estados Unidos más bien dejó al descubierto los excesos de otras instituciones financieras privadas, las cuales actuaron conforme a los incentivos de un mercado manipulado por tipos de interés muy bajos y créditos laxos.
Quienes analizan cuidadosamente las verdaderas causas de la actual recesión saben que la solución a la crisis no es nacionalizar los bancos ni duplicar las reglamentaciones, sino impedir que se multipliquen los créditos sin el debido respaldo de reservas.