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Carlos Rodríguez Braun

Profesores progresistas

¿Qué sucede cuando los europeos desconfían de las recetas antiliberales de don Dominique y no votan a los partidos que mejor las representan? Pues está claro, la culpa es ¡de la gente!

Los mayores disparates antiliberales no son perpetrados por los políticos sino por los intelectuales. El distinguido profesor Dominique Moisi se refiere en El País a Estados Unidos y proclama: "No es correcto suponer, como hacen algunos partidarios del libre mercado a ultranza, que la falta de protección social te fortalece. La ambición de un país y una sociedad nacidos de los principios de la Ilustración no puede ser crear un pueblo armado hasta los dientes con pistolas y, sin embargo, totalmente desarmado ante la enfermedad".

Qué locura. El papel desmoralizador de la intervención y los subsidios es algo que reconocen incluso muchos intervencionistas. Y si la Ilustración, como su nombre indica, tenía que ver con la luz, "¡más luz!", cabe preguntarse en qué cuarto oscuro se ha metido el profesor para pensar que el pueblo americano está totalmente desarmado ante la enfermedad: totalmente, oiga.

El profesor incurre en otras ficciones, demasiado copiosas para detallarlas aquí, pero me hizo particular gracia su pésima opinión sobre la movilidad laboral en Estados Unidos, un importante mecanismo para que los trabajadores mejoren su nivel de vida; y también me asombró su diagnóstico: en Estados Unidos se "vive para trabajar" mientras que en Europa, en la Europa de los impuestos, las regulaciones y el paro, se "trabaja para vivir". Qué bobada, señor, y en el primer periódico de España.

No se trata de disparates cualesquiera, porque todos están orientados en la misma dirección: si el poder arrebata la libertad y los bienes de los ciudadanos, entonces todo va bien. Y ¿qué sucede cuando los europeos desconfían de las recetas antiliberales de don Dominique y no votan a los partidos que mejor las representan? Pues está claro, la culpa es ¡de la gente! El ilustre profesor asegura que nos falta "ambición colectiva". Vaya, por Dios.

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