En una entrevista que ofreció al The Daily Bell, el pasado mes de julio, Richard Ebeling explica que la crisis es la consecuencia de la dramática expansión de la oferta monetaria que la Reserva Federal de los Estados Unidos llevó adelante entre 2003 y 2008. Explica que los tipos de interés entre 2003 y 2004 fueron cercanos a cero, e incluso durante los años siguientes los tipos de interés permanecieron artificialmente bajos.
Para atraer inversores y sacar el dinero creado del sistema bancario, las instituciones financieras bajaron los tipos de interés nominales y redujeron los requisitos de préstamo. Como resultado, los ahorros y las inversiones se desequilibraron. La burbuja inmobiliaria fue lógicamente insostenible en el largo plazo, en relación con la disponibilidad de los ahorros reales de la economía para sostener estas actividades. Sintetizando, Ebeling manifiesta los mismos excesos del Gobierno que ya hemos señalado en otra oportunidad.
Sobre el fin de la crisis, Ebeling argumenta que si el Gobierno no hubiera aplicado los planes de estímulo de fines de 2008 y principios de 2009 entonces la recuperación no habría sido muy diferente a lo que ocurrió en los ciclos económicos posteriores a la Segunda Guerra Mundial, pero con las políticas económicas que se han venido implementando el problema es mucho más serio. Resalta que el crecimiento en el gasto del Gobierno y el enorme déficit hace difícil observar un retorno a la normalidad. Bajo la administración de Bush, el gasto del Gobierno estuvo fuera de control, y la deuda federal creció desde alrededor de 5 a 10,6 billones de dólares. Ahora, la administración de Obama está planeando incrementar aún más esta tendencia con mayor gasto en todos los niveles, en salud, en educación y rescates que parecen no tener fin, y reemplazando "los planes de estímulo" por "creación de empleo" antes de las elecciones de 2010 y 2012.
"Lo que veo", agrega Ebeling, "es un aumento de impuestos sobre las clases medias y altas; incremento en tipos de interés dado el enorme déficit fiscal; una caída del dólar dada la incertidumbre de la economía americana; escalada de precios causado por la política monetaria de la Reserva Federal; y una lenta recuperación económica resultado del intervencionismo del Gobierno federal sobre el sector privado americano".
Ante la pregunta sobre si el dólar seguirá siendo la moneda de reserva, Ebeling nos recuerda que el último año, una serie de países –incluidos China y Rusia– llamaron a reducir o eliminar el dólar como moneda de reserva global. Se habla de un cambio hacia una nueva moneda artificial que será impresa y controlada por el FMI.
Ebeling explica que cualquier transición desde el dólar hacia otra moneda nacional, o hacia una moneda creada por el FMI requerirá de mucho tiempo además de acuerdos y regulaciones internacionales. Pero si algo así ocurre, será el resultado de lo que el Gobierno de Estados Unidos ha venido haciendo. Será consecuencia de la irresponsabilidad fiscal de Washington y la mala gestión monetaria de la Reserva Federal, que finalmente creará los incentivos y la oportunidad para otras naciones de abandonar el dólar en el mercado global.
Ante un posible fortfolio de inversión, Ebeling plantea que en tiempos de inflación e inestabilidad política el oro y la plata han sido históricamente importantes medios de reserva. Ebeling piensa que estamos precisamente en esos tiempos otra vez, y que el oro y la plata elevarán su precio, y si la inflación se acelera, su precio aumentará aún más. De este modo, invita al inversor a apostar en contra del dólar. Explica que el déficit presupuestario del Gobierno federal y la política monetaria de la Reserva Federal resultará en una depreciación del valor del dólar.
Ebeling concluye que debemos distinguir entre una recuperación real, sana y sostenible, de aquella recuperación artificial que puede provenir de los planes de estímulo del gobierno o de una política monetaria expansiva. "La recuperación basada en el mercado, temo, no está a la vuelta de la esquina. Una recuperación ilusoria que nos llevará a otra crisis, es el camino que pareciera estamos tomando."