Menú

La guía políticamente incorrecta de la Gran Depresión y el New Deal

Hoover se comportó como un Keynesiano de libro después del crash bursátil de 1929. Robert Murphy.

eltete dijo el día 7 de Septiembre de 2010 a las 20:23:

Comprendo porqué Bancos, promotores, constructores, gobierno y políticos en general tienen tanto interés en alargar esta penitencia, no quieren reconocer sus errores y se impide un ajuste rápido que beneficiaría a los consumidores, los trabajadores y productores, que somos todos.

eltete dijo el día 7 de Septiembre de 2010 a las 20:11:

Con la escusa del interés general se aumenta el control de la actividad económica y de la vida de los ciudadanos, castrando los mecanismos de defensa del propio mercado, institución objeto de eliminación.

Es un proceso lento y sin dolor pero avanzando continuamente.

Cuando nos demos cuenta seremos menores de edad para tantas cosas que el MERCADO sólo se recordará, como corriente filosófica, en los archivos.

jorgegvr dijo el día 13 de Agosto de 2009 a las 15:33:

Estimado JaS, gracias por contestar, primeramente.
Bueno, respecto a "si discrepas de que haya una obligación moral para el tendero o si crees que es inmoral subir los precios.".
Como ya dije en mi segundo comentario, el tendero no tiene obligación moral, ya que igual que yo trabajo en una empresa por el beneficio que obtengo (dinero, progreso en experiencia y conocimientos gracias a la formación y el trabajo diario), el tendero o cualquier empresario crea una empresa para obtener beneficios, nada más.
¿Cuales son sus obligaciones?. Las que tenemos todos los ciudadanos, cumplir con la ley.
¿Es inmoral subir los precios?. Yo creo que no.
En mi primer comentario quise, y tal vez no lo logré, disentir con la idea de que el tendero sube precios para inculcar y enseñar a sus clientes a utilizar el producto con mesura y control.
Es como si el dueño de la tienda donde compro helados decide subirme el precio de los mismos porque está viendo que consumo demasiado, y me dice: "a partir de ahora los helados te los cobro a 5 euros, que estás consumiendo muchos y te vas a empachar".

Eso es lo que entendí yo, JaS.

Por tu segundo comentario, tienes toda la razón respecto a la libertad de mercado, que incluye a "tenderos" y clientes. Y es que igual que el tendero puede subir sus precios o cambiar sus productos por otros, yo puedo comprar en su tienda o en la de otro.
La libertad de mercado considero que permite a otros crear empresas y productos parecidos a los de otros "tenderos", y si quieren competir con su competencia, pueden bajar los precios o darles algún valor añadido, de forma que el cliente decidirá a quién y qué comprar o adquirir.

Para finalizar, que bueno que alguien se ha tomado la molestia de rebatir mis puntos de vista, y mostrar otros "prismas" desde donde ampliar o mejorar mis ideas o conocimientos.

JaS, no sé si estarás de acuerdo conmigo, pero sería muy interesante, tanto para LD como nosotros, sus usuarios, disponer de un área de debate sobre diferentes temas, parecido a los foros pero algo más serio y rebatiendo con ideas y argumentos.

Lo dicho, gracias por tu ayuda.

JaS dijo el día 12 de Agosto de 2009 a las 20:00:

Sí, los economistas vimos esas gráficas en micro, pero el enunciado es tan popular y puede explicarse con tanta brevedad que todo el mundo asume que lo entiende. La prueba del nueve se hace cada día, cuando al opinar sobre la mayoría de los asuntos en los que esta ley juega un papel esencial, casi siempre se ignora o incluso se pone en duda, y se hacen valer en su lugar argumentos irrelevantes o que, siendo importantes, no pueden sustituir a aquella sino que la complementan. Muchos de los principales debates políticos carecerían de sentido si todos entendieran la imporancia de la libre fijación de precios para maximizar la explotación de recursos, que siempre son limitados. No sólo perdura el debate, sino que mayoritariamente se contradice o ignora la ley de la oferta y demanda, poniendo de manifiesto que la mayoría de la sociedad no la comprende, qed.

En tu primer mensaje no queda claro si discrepas de que haya una obligación moral para el tendero o si crees que es inmoral subir los precios. Veamos.

Inicialmente interpreté lo segundo. Es la forma "políticamente correcta" de pensar, que como recordaba hace poco en otro comentario, vimos en acción cuando la opinión pública se enojó con quienes vendían útiles a las víctimas del Katrina; también lo vemos en el rechazo a remunerar la donación de órganos, o a privatizar el agua, la sanidad, la educación... la mayoría de las personas opinan que el lucro "mancha" una actividad, y quieren un mundo en el que las actividades "sagradas" estén a salvo de la búsqueda del beneficio, y resulten gratuitas (o que se paguen de forma diferida para poder aceptar el engaño de que son gratuitas). Como toda esta postura es irracional, visceral, especulativa y mal fundamentada, sus conclusiones son refutadas una y otra vez por la realidad, la selección de actividades a proteger se hace sin criterios coherentes, etc. Personalmente encuentro más significativa la decepción entre supuestos liberales. En términos personales no puedo dejar de alabar la inserción social de quienes comparten los errores del progresismo, mejor para ellos, aunque recomiendo también que conozcan la verdad para obtener predicciones acertadas y beneficiarse de ello; en términos políticos, lamento estos errores, espero que los superemos por el bien de la humanidad y por satisfacción intelectual.

Pero puede ser que discutas lo primero, que exista obligación moral. Bien, para empezar el autor no habla de eso: olvidemos la moral, el verbo "deber" en este caso se refiere al papel lógico que esperaremos del ofertante operando en su propio interés, lo que generalizado redunda en el mejor funcionamiento del sistema. Habitualmente, se trae a colación la moral desde el antiliberalismo para pedir que los participantes en un mercado actúen en contra de sus intereses con el fin de ayudar al conjunto o a una parte: cuando una exigencia así se generaliza estamos destruyendo los principios que hacen funcionar al mercado; aún queriendo ayudar no haríamos sino perjudicar a todos. Por otra parte, algunos liberales hablar de moral en términos opuestos, "La virtud del egoísmo"... y recuerdo algún artículo de Valín llamando héroe a quien se atreve a perseguir su propio interés cuando la sociedad se ofende por su trabajo. Sin duda, existe la obligación moral con uno mismo, y con los suyos, de progresar; y, sin duda, es moralmente bueno participar como se espera de uno cuando eso beneficia al conjunto. Pero encuentro inapropiado entrar en consideraciones morales, como lo sería hablar de la moral de respirar con un asmático, o de la moral de aprender a nadar con un marinero: el único objetivo debiera ser explicar los beneficios ciertos de un buen funcionamiento del mercado, qué requisitos se precisan y cómo llegar a cumplirlos.

En definitiva, la afirmación del autor es correcta y muy pertinente por la ofuscación que solemos encontrar en nuestra sociedad en estas cuestiones.

jorgegvr dijo el día 12 de Agosto de 2009 a las 15:31:

JaS, es posible que el concepto de ley de oferta y demanda que tengo sea erróneo, pero tal vez si explico mi idea sobre ello, puedas llegar a decirme si estoy equivocado o no.

Dicha ley describe la teoría -siempre teoría- de relación entre consumidores y productores dentro del mercado libre, teniendo el precio del producto o servicio la máxima importancia en dichas transacciones.
Como a veces me explico mal, según la cantidad de producto que pone en el mercado el productor y la mayor o menor demanda del mismo por parte de los consumidores, el precio del producto o servicio varía. (No paso a tomar en cuenta los costes de materia prima, energía para transformar o crear el producto, coste de mano de obra, etc. porque si no la liamos.)

Dicha teoría está basada en otras dos muy simples, y hay unas gráficas de curvas muy bonitas, y muchas variables que pueden hacer cambiar el precio final del producto, aumentar o disminuir la demanda, la capacidad para producir (maquinaria, mano de obra y su cualificación, etc.).

¿Entran en las obligaciones comerciales del tendero enseñar a los clientes a utilizar y valorar con mesura el bien o servicio que adquieren, en definitiva, enseñar o inculcar valores humanos?. Yo creo que esa es una labor que los padres deben inculcar en sus hijos, como la cultura del esfuerzo, responsabilidad, etc.
El tendero o empresario crea una empresa para ganar dinero, para obtener beneficios. Tendrá gastos, y si éstos son iguales o más que los ingresos, cerrará y a otra cosa.

Intervencionismo. Vamos, lo único que saben hacer los políticos. Lo que no permite un MERCADO LIBRE ni Competencia. Lo tenemos en el precio de la leche, la gasolina, telecomunicaciones, energía... en todo. Y no olvidemos a las cooperativas, los grupos de empresas, sus pactos contra el mercado libre y la competencia.
Por lo tanto, siendo realistas, dicha ley no es natural sino más bien una teoría muy bonita con la que quizás todos saldríamos beneficiados, productores y clientes.
Ahora que puedes tener una idea muy básica de mi concepto de ley de Oferta y Demanda, y recordemos que existen muchas variables (grupos de presión o lobbys, climatología, imagen de producto, exclusividad o existencia de productos o servicios similares en el mercado, et.) que pueden hacer variar la oferta, la demanda y el precio de los productos.

Espero haberme explicado bien, y sería interesante conocer vuestros conceptos en este tema, que siempre se aprende de los puntos de vista de otras personas.

JaS dijo el día 12 de Agosto de 2009 a las 08:31:

"Todos entendemos la ley de Oferta y Demanda".

El mundo se divide entre los poquitos que la entienden y se dan cuenta de que la mayoría no, y los muchísimos que no la entienden, y creen que es tan vacía de implicaciones que todos la entienden. Si crees que "todos" la entienden, ya sabes a qué grupo perteneces.

Cuando te des cuenta de que la afirmación del autor sobre los terremotos es radicalmente cierta, estarás en el buen camino. Y entonces no lo admitirás sin más, sino que percibirás que es un principio que se vulnera continuamente por el intervencionismo y que equivale a echar arena en el depósito de nuestra economía, es decir, sumir a los vulnerables en la miseria.

manupere dijo el día 12 de Agosto de 2009 a las 02:15:

Si vendo linternas y generadores y resulta que sufro un aumento espectacular de demanda, tengo que subir los precios o elevar las existencias y vender más. En cualquier caso, la gente necesita más lo que yo vendo y, por tanto, yo puedo ganar más al tiempo que les hago el servicio.

jorgegvr dijo el día 11 de Agosto de 2009 a las 17:22:

"Si hay un terremoto, las tiendas que vendan linternas y generadores deberían subir el precio de esos bienes esenciales para asegurarse que son correctamente racionados.".

Espero que esto sea un fallo de traducción. O eso, o es que este profesor de económicas también intenta tomarnos el pelo.

Todos entendemos la ley de Oferta y Demanda, pero atreverse a decir que la obligación moral del tendero es subir el precio del pan o la leche cuando hay necesidad o mayor consumo, es para quitarle la titulación, darle un capón y "calentarle" la palma de la mano con una buena regla de madera, como la que usaban mis antiguos profesores.

Respecto al periodo de la 2ª Guerra Mundial, ¿a que no saben donde se obtenían las materias primas, donde fabricaban y producían todo lo que necesitaba Inglaterra, tanto alimentos, combustible y armas?.
En tiempo de guerra todos sabemos que el papel moneda no vale nada, todo se compra mediante oro, otras materias primas y deuda exterior.

La gran depresión se basó en una burbuja bursátil, donde salía más rentable pedir una hipoteca sobre tu casa o negocio y comprar acciones de empresas, hasta los limpiabotas pedían dinero al banco porque con las ganancias de una semana pagaban todo.
El problema viene cuando se descubre que ese papel que tienes no vale lo que decían y por lo que pagaste.
Vamos, lo mismo que ahora, pero ha ocurrido en el negocio inmobiliario, arrastrando a avariciosas Cajas.