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Guillermo Dupuy

Verde, imaginativa y express

Con estas directrices, propias de la T.I.A. a sus agentes Mortadelo y Filemón, pretende el Gobierno que se elabore lo que Zapatero, tal y como recuerda este correo interno, ha calificado como "la ley más importante de la legislatura"

La llamada "Ley de Economía Sostenible", anuncio estrella de Zapatero en el último Debate sobre el Estado de la Nación, es un perfecto ejemplo de la vacuidad y fatuidad de las ocurrencias que caracterizan su forma de gobierno. Pretender, nada más y nada menos, que "cambiar el sistema productivo" con un proyecto legislativo nos pudo evocar en su momento célebres palabras de Adam Smith: "El gobernante que intentase dirigir a los particulares en cuanto a la forma de emplear sus capitales, no sólo echaría sobre sí el cuidado más innecesario, sino que se arrogaría una autoridad que no fuera prudente confiar ni siquiera a Consejo o Senado alguno; autoridad que en ningún lugar sería tan peligrosa como en las manos de un hombre con la locura y presunción bastantes para imaginarse capaz de ejercerla".

Sin embargo, y aunque Zapatero no carezca de la arrogancia ni de las pulsiones liberticidas necesarias, su pretensión no deja de ser un "brindis al sol", absolutamente vacío de contenido, tal y como demuestra el correo remitido desde La Moncloa a diversos departamentos ministeriales. Según ABC, en ese e-mail, Presidencia del Gobierno indica, en primer lugar, que esta ley con tan ambiciosas pretensiones tiene que estar aprobada en Consejo de Ministros la semana antes del próximo anteproyecto de los Presupuestos Generales del Estado, "fecha tope 17 de septiembre de 2009", y publicada "antes del 31 de diciembre de este año". Como "todo es urgentísimo", Presidencia les pide a los distintos ministerios que "eviten contenidos que exijan informes preceptivos o dictamen del Consejo de Estado", desaconsejando también "la incorporación de propuestas de exijan tramitación medioambiental o dictamen del CE por ser ejecución de Derecho Comunitario". También recomienda "tener cuidado con los problemas competenciales con las comunidades autónomas" a la hora de elaborar propuestas.

La vacuidad del proyecto también queda en evidencia al pedirse un "esfuerzo de imaginación y que se realicen propuestas innovadoras más allá de lo que ya está propuesto". Por no tener claro, no se tiene clara ni su financiación: aunque en el momento de anunciarlo, Zapatero dijo que estaría dotado con un fondo de hasta 20.000 millones de euros, el propio correo de Presidencia señala ahora que "el secretario de Estado de Economía hizo varias referencias a la neutralidad presupuestaria, y no quedó del todo claro si habrá o no financiación adicional o la dotación de los Fondos será el resultado de minorar otras partidas".

Con estas directrices, propias de la T.I.A. a sus agentes Mortadelo y Filemón, pretende el Gobierno que se elabore lo que Zapatero, tal y como recuerda este correo interno, ha calificado como "la ley más importante de la legislatura". Sin embargo, y a pesar de los costes que para los contribuyentes va a tener este pomposo ejercicio de propaganda verde, no deja de ser un consuelo el pensar lo que seria un concienzudo y profundo proyecto de ingeniería social destinado a cambiar nuestro sistema productivo hacia no se sabe qué. Aunque resulte paradójico, menos mal que la "urgencia" y los plazos que requiere su afán meramente propagandístico les va a poner coto. Porque uno piensa en la "imaginación" de esta gente y es como para echarse a temblar. Algún susto, no obstante, seguro que nos llevaremos.

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