Más claro el agua. Ahora comprobemos el paralelismo de la dictadura bolivariana con el régimen que ZP está cimentando en España. ¿Que exagero? De momento el estado de derecho ya lo ha triturado. Pronto veremos como el TC (jajaja) aprueba el inconstitucional estatuto separatista, la guinda a toda una escandalosa retahíla de leyes violadoras de derechos fundamentales (¿qué es, que no?). La prueba de hasta qué punto secuestra las instituciones y ha fagocitado también al poder judicial la tenemos en el desvergonzado contubernio mafioso para ocultar la verdad del 11-M, la matanza que le colocó en el poder, y la descarada injerencia política que ha convertido a jueces y tribunales en meros agentes serviles del ejecutivo. La persecución a la disidencia y a la oposición, aunque puede que algo más velada, no es menos sistemática El panorama de los medios de comunicación no es más alentador: la práctica totalidad de las cadenas televisivas obedecen al pensamiento único gubernamental, con mucho buen rollito progre y mucha gracieta, eso sí, pero dóciles como títeres. Y en lo relativo al adoctrinamiento, pues ahí tenemos la educación para la tiranía, las leyes y programas de la disparatada ideología de género y la ley de memoria histérica, que ya es el colmo imponer por ley una visión parcial de la historia.
Hombre, es posible que todavía no lleguemos a los extremos histriónicos del gorila porque estamos en Europa y hay que guardar un poquitín las apariencias, pero los abusos, anteojeras ideológicas, injerencias y proyectos de ingeniería social no son menos delirantes ni erráticos: negociaciones filoterroristas, pésima gestión económica, gasto público desaforado, absurdos e inútiles ministerios, regularizaciones masivas descontroladas, leyes de impunidad a la delincuencia juvenil mientras se machaca al ciudadano corriente con represiones recaudatorias y criminalizaciones generalizadas… En fin, para qué continuar, descerebrado socialismo del siglo XXI aquí también e idéntico desprecio por la democracia, más o menos maquillado. Salvando las distancias (a la descarada supresión de derechos de propiedad, expropiación de tierras y empresas parece que todavía no hemos llegado), aquí también sufrimos un permanente golpe de estado contra la democracia, la libertad y el imperio de la ley. Pero que nadie se extrañe, es el socialismo del siglo XXI cuya estrategia consiste en pervertir la democracia desde dentro una vez se ha conseguido ganar unas elecciones como sea. Variaciones de un mismo tema.
Suscribo lo escrito por "berdonio" si acaso añadir que no olvidemos que nuestro presidente de nuestro desgobierno de Ex-paña, ademas es fiel admirador del gorila rojo y su corte de lameculos oficiales Morales, Correa, Zelaya y Ortega.
Entre bribones rojos anda el juego...