La verdad es que ver a la sociedad alinearse con las tesis de los sindicatos del crimen y el gobierno (nada de aligerar los contratos para crear empleo), mientras esta sociedad ve como se hunde en la mierda, es triste, patético y lamentable.
A la pregunta esta de los contratos, tendría que seguir otra tipo "¿quiere ser funcionario y/o quiere que sus hijos sean funcionarios?. No dudo por un instante de la respuesta, ya no desde la honestidad de buscar una calidad de vida, sino desde la lamentable creencia de ser la panacea de todos los males frente al malvado empresario, ese satán que por alguna razón, no acaba de desaparecer.
País.... :-/
Que manía, siempre tienen que sacar algo que se relacione con Franco. Ya hace mucho tiempo que se murió y el sacarlo a cada momento a colación no va ha mejorar la pésima gestión, ni de los sucesivos gobiernos ni de los actuales sindicatos. Menos mirar para atras, para disimular, y más hacer las cosas bien, en el presente y para el futuro.
Pues no he cogido nada, la verdad. Este artículo es para los muy iniciados.
Los andenes de Europa se llenaron de españoles, portugueses, marroquíes, griegos, turcos e italianos, con plan Marshall o sin él. Con regulación de empleo, banda salarial, revisión médica, seguros, cotización de pensiones... todo ello a demanda del empleador y según iba necesitando.
Unos se quedaban en España: Madrid, Barcelona, Bilbao; otros se iban fuera porque les pagaban más. Libertad de movimientos, de circulación dentro y fuera.
Los andaluces que emigraban por entonces pasaban de larva a adultos pues se aplicaban a una disciplina y un horario que en su pueblo eran incapaces, se les quitaban pruritos reivindicativos acuñados en la misma vagancia... y rendían, verbo que en su habitat se ceñía a la taberna que en esos sitios no había. El andaluz que emigraba nunca lo hacía a ciegas sino a demanda y con contrato de trabajo recibido en España. Y se olvidaba de que era andaluz cuando llegaba a Duisburgo. En Andalucía lo tenía tan presente, lo de ser andaluz, que le pesaba como una carga y no podía caminar.
Ahora no hay emogración porque hay subvenciones. Y hay subvenciones porque después hay votitos. Y la presión fiscal es salvaje para que haya subvenciones. Y el endeudamiento público igual. Y la gente vuelve otra vez a ser andaluza. Sería absurdo si no lo fuera.
Pues la verdad es que en aquellos años del Fuero de los Españoles, en España no había mas que miseria para repartir, mientras en los países favorecidos por el Plan Marshall, las cosas pintaban de otra forma. La llamada de los dólares fue tomada por ciudadanos de muchas nacionalidades y fue el comienzo de invasión musulmana, procedente de Turquía, en Alemania.
No se pueden comparar ni comportamientos ni situaciones. El artículo es un tanto inteligible, ya que tras leerlo varias veces no entiendo donde quiere llegar. Olvidémonos de las subvenciones, si en este momento se produjera una creación de empleo y reparto de riqueza en cualquier país, volvería la emigración... ¡Sin demagogias...!