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El gratis total no existe

El Estado de Bienestar limita su capacidad de elección, ya que reduce sus recursos para contratar libremente los productos ideados por el mercado para tal fin, de precio muy inferior y calidad muy superior a los que impone la Administración.

berdonio dijo el día 6 de Septiembre de 2010 a las 02:44:

Sr. Vulkan:

¿Quiere usted decir que la sanidad pública es más eficiente que la privada o que es necesaria la redistribución de recursos?

La pregunta es ociosa porque estoy seguro de que no hay nadie tan idiota como para atreverse a sostener directamente lo primero, así que, por favor, no sea capcioso y demagogo y no especule sobre el coste de una sanidad privada que en cualquier caso SIEMPRE saldrá más barata que la pública, con absoluta independencia de que ésta exista o no.

El individuo que paga treinta euros también costea una sanidad pública que, se le puede conceder, sólo utiliza parcialmente, de manera que si en ausencia de esta última fuera cierto que el seguro privado le costaría diez veces más, siendo tal suma superior a lo que vía impuestos se le detrae para financiar la pública, significa que ahora está obteniendo servicios por debajo del precio de mercado, no, como arteramente parece prejuzgar, que la sanidad pública sea menos onerosa.

De manera que, cuando pone en duda que el 50% de la población se pudiera permitir una sanidad privada equivalente a la pública, lo que está diciendo es que la mitad de la población explota a la otra mitad que se ve obligada a financiar unos gastos que los primeros no pueden pagar (cosa bastante absurda).

Es decir, por un lado está la cuestión de la redistribución, de si es justicia o robo, necesaria o abusiva, y por otro el de la eficiencia relativa de los servicios públicos y privados, tema este último que ya debería estar zanjado: con quizás aún ciertas contadísimas excepciones, todos los servicios deberían ser privados por la simple razón de que ofrecen mejor relación calidad-precio. Incluso desde una perspectiva socialista, lo lógico sería que el Estado renunciara a proporcionar servicios ineficientes y se limitara, como mucho, a redistribuir recursos; que desmantelara la sanidad pública y devolviera dinero a la gente y no servicios que no ha solicitado cuyo valor de mercado es muy inferior a lo que el ciudadano paga por ellos. ¡Ay amigo, pero entonces se les acabaría el chollo a los políticos! Se acabaría el camelo, que tan bien desentraña el Sr. Llamas en su excelente artículo, del “gratis total” con que nos embaucan.

Y se acabaría porque saldría a la luz sin disimulos lo que es Estado disipa en “rozamientos”. La contabilidad sería sencilla: tanto recaudado, tanto devuelto, tanto que han apañao por el camino sus ilustrísimas señorías. Y ya veríamos que tal sienta al Sr. De a pie que a él le devuelvan menos porque había que untar a los de la ceja y similares nepotismos.

Vulkan dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 20:53:

¿Seguro médico por 30 €? Sí, porque si hay un problema, se desvía al paciente a la pública. Porque si es fin de semana y no hay médico de guardia (algo habitual en las privadas), se va uno a irgencias a la pública.
Evidentemente, si no existiera la sanidad pública, no habría ningún seguro médico de 30 €. Como mínimo 10 veces más caro.
Parece que algunos viven en otro mundo y no saben lo que es el día a día de la sanidad pública y de la sanidad privada.
Una sanida privada equivalente al nivel de servicio que hoy en día ofrece la pública en España, veo difícil que se la pueda permitir el 50% de la población.

Erbilyos dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 20:25:

Ese cenutrio ibérico al que alude Punt debe de estar emparentado con aquel otro cenutrio ibérico que, tras la derrota y retirada de las tropas napoleónicas, gritaba al paso de la carroza real de Fernando VII: "¡Vivan las caenas!"

zilog_z8 dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 17:33:

He leído en alguna ocasión que el llamado "estado del bienestar" es en realidad el "bienestar del estado". Afirmación muy acertada.

punt dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 14:56:

De cuando en cuando me aborda uno de esos cenutrios que tanto abundan, y lo hace para cargar (con toda la saña de que los cenutrios son capaces) contra la Iglesia Católica y lo terrible e insoportable que era el pago del diezmo.

¡Qué horror, tener que pagar un 10% de impuesto! ¡Eso es algo totalmente inaceptable!

Naturalmente, cuando le digo que ahora mismo pagamos en torno al 50% de impuestos, me mira como diciendo "este tío está loco". Me toca entonces empezar a sumar retenciones en el sueldo, cotizaciones, impuestos indirectos, liquidaciones del IRPF, impuestos que paga el empresario, etc...

Aun asi, no se convence: para él, "impuestos" sólo es la retención del IRPF que se hace a un parado o a un mileurista sobre el salario bruto (o sea, en torno a un 2%), pero no lo que paga el empleador por tener contratado a un empleado (si lo paga el empleador ¿cómo va a contabilizarse como impuesto del empleado? El hecho de que la causa del impuesto sea precisamente el empleado no tiene nada que ver).

A menudo, ese cenutrio ibérico que me aborda alcanza cotas de verdadero paroxismo cenutril ya que ni siquiera considera como impuesto el IVA, porque "va en el precio" y porque "no te obligan a ello, ya que la compra es voluntaria" (todo sea dicho, estos casos de cenutrio extremo son pocos y muy aislados).

Naturalmente, cuando se habla de los impuestos, quedan inmediatamente excluidos los pagados por las empresas (ya se sabe que sólo existen los trabajadores; el resto, sobra) y los pagados por "los ricos" (total, "se lo merecen"; ya se sabe: la culpa de que haya pobres la tienen los ricos, ¿será por la cantidad de puestos de trabajo que crean "los pobres"?; y otra duda sibilina: ¿en serio el cenutrio ibérico es capaz de entender lo que es una SICAV? Sinceramente, lo dudo).

De modo que ya se sabe: en la Cenutria Ibérica no se pagan casi impuestos, aunque eso sucede sólo a costa de dejar de contabilizar el 48% de lo que nos sustraen.

Y, por esa misma regla de tres, en la Hispania Cenutriense la izquierda es la que quiere bajar los impuestos (aunque en realidad los sube, naturalmente por culpa de la derecha) y la derecha los quiere subir (aunque en realidad los baja, naturalmente gracias a la presión social de la izquierda). El detalle de que la izquierda busca un Estado hipertrofiado y, por tanto, hiperconsumidor de recursos (que hay que recaudar en forma de impuestos), mientras que la derecha busca un Estado limitado y eficaz (y, por tanto austero en recursos) no tiene la menor importancia.

Verdaderamente, a veces me sigo sorprendiendo de hasta qué punto puede llegarse a ser cenutrio con la única condición de ser ignorante (ayuda mucho el ser sectario, todo sea dicho).

Un saludo.

zgzna dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 13:22:

Me parece un artículo genial. En pocas palabras se hace un análisis muy profundo y se aportan datos que todos deberíamos saber. Enhorabuena por su artículo. Con su permiso, me lo voy a guardar para difundirlo entre mis conocidos - con su firma, por supuesto- . Y también pienso pasarlo en clase, en el momento oportuno y con los alumnos adecuados, para que lean cosas que muchos no habrán oído ni leído nunca. Gracias por sus brillantes y claros análisis.

Erbilyos dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 13:15:

Ya lo dijo Burke: "El pueblo no renuncia nunca a sus libertades sino bajo el engaño de una ilusión."

teruelan dijo el día 1 de Septiembre de 2010 a las 12:50:

Claro, como el agua.
Fenomenal articulo