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Carlos Rodríguez Braun

Inflación social

Si saludar la inflación por sus supuestas ventajas sociales es una burrada, resulta mucho peor hacerlo en la Argentina, cuyos habitantes saben que eso es mentira porque, para su desgracia, la han padecido en sus carnes en varios episodios.

Mi Argentina natal tiende a estar adelantada. Antes se adelantaba en liberalizar la economía, abrir los mercados y encabezar la lista de los países más ricos del planeta, donde millones de trabajadores del resto del mundo se desplazaban para prosperar. Desde hace tiempo, en cambio, se adelanta en las mayores estupideces intervencionistas, que sus gobiernos han perpetrado sistemáticamente, convirtiendo al país rico en uno pobre. Una muestra de esa capacidad de adelantarse en lo malo fue brindada por el líder sindical Hugo Moyano, que defendió las ventajas ¡de la inflación!

Moyano aseguró que no hay que preocuparse por la inflación, porque "está controlada", y añadió que con la inflación se alcanza el objetivo de la movilidad social: "hay economistas que fracasaron y encima dicen que las cosas van mal, cuando ellos antes dieron recetas que llevaron al país a la ruina... es peor la inflación cero con ajuste, como proponen estos economistas, que la inflación actual que permite la movilidad social". El destacado periodista argentino Carlos Mira resumió con acierto esta idea en una palabra: burrada.

En realidad son dos burradas, aunque la primera es menos visible. ¿Cómo sabe el señor Moyano que la inflación está controlada? Desde luego es difícil que esté controlada cuando el gobierno, tras sacar de su despacho a puntapiés al gobernador del Banco Central y expandir sin freno la oferta monetaria, procedió a "controlar" la inflación ¡manipulando el índice de precios! La mafia de los Kirchner llegó a arrasar al otrora prestigioso INE argentino, manipulando su trabajo para que diera como resultado la inflación que convenía al Gobierno (la escalofriante historia aparece en un libro reciente: Francisco Jueguen y Lucrecia Bullrich: INDEC. Una destrucción con el sello de los Kirchner). Desde luego es una forma peculiar de controlar el incremento del coste de la vida.

Pero además, si saludar la inflación por sus supuestas ventajas sociales es una burrada, resulta mucho peor hacerlo en la Argentina, cuyos habitantes saben que eso es mentira porque, para su desgracia, la han padecido en sus carnes en varios episodios inflacionarios e incluso hiperinflacionarios que han sufrido gracias a sus autoridades.

Es claro que Carlos Mira tiene razón y lo que suelta Hugo Moyano son burradas. Dirá usted: vale, pero ¿por qué son burradas adelantadas? Pues porque nuestros líderes políticos y sindicales no han caído tan bajo de forma descarada y generalizada... aún.

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