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José Antonio Martínez-Abarca

Benditas huelgas

Si algo de la recuperación económica le gusta a los sindicatos, es que es veneno para la recuperación. Y si algo no le disgusta, es que no hay nada de nada.

Un día en que los sindicatos no estén de huelga general será un día en que el país no esté yendo como debe. La mejor señal de que en España se empieza a hacer alguna cosa bien es que UGT y CCOO amenacen con la huelga, el chantaje, el estrago o la extorsión. No digamos nada si encima lo hacen. Entonces es que no nos equivocamos seguro en el sendero elegido. Ahora los sindicatos convocan una, otra, huelga presumiblemente salvaje para el tráfico aéreo del país prevista para los días, con sus noches, en que más dinero les puede costar a los españoles, esa especialidad de la casa sindical. Esta anunciada huelga es indicio de que alguien intenta algo positivo para España, en este caso la privatización de AENA. Una jornada en que Méndez y Toxo no griten es una jornada necesariamente sospechosa. Un día en que algo se ha hecho mal.

A partir de ahora nos tendremos que hacer a la idea de que los sindicatos son incompatibles con cualquier salida real a la crisis. El programa regeneracionista del PP para las elecciones generales será la cartilla del cole mientras no contenga alguna promesa sobre la reducción de los sindicatos a sus justos términos. Sus justos términos oscilan entre la inexistencia y la aplicación sin contemplaciones del Código Penal. En cuanto se tome alguna medida, los sindicatos dirán que con la crisis vivíamos mejor. Si Méndez y Toxo no andan de huelga general a tiempo completo excepto las paradas en los asadores de lujo que le placen al primero sólo es porque las medidas contra la crisis que se han tomado no serían tales medidas contra la crisis. Las medidas del Gobierno que se han dicho no se han tomado y si se han tomado no son medidas. No falla. No hay una sola cosa necesaria para el futuro inmediato del país que no suponga un cuestionamiento integral de toda la cosmovisión sindicata "de clase": la desaparición de los convenios colectivos, el copago sanitario, la liberalización de la enseñanza, la apuesta decidida por el aumento de la energía nuclear o la necesaria y urgente "privatización" de los propios sindicatos "de clase", que actualmente tienen aún tratamiento privilegiado de Industrias del INI franquista. Si algo de la recuperación económica le gusta a los sindicatos, es que es veneno para la recuperación. Y si algo no le disgusta, es que no hay nada de nada.

Yo espero muy sinceramente, a partir de ahora, ver de continuo a Méndez y Toxo en el telediario amenazando con las siete plagas. Será que, por un descuido, este país ha tenido alguna idea que no vaya contra el curso de la Historia. Su indignación será nuestra tranquilidad. El único modelo de desarrollo "sostenible" para España será que los sindicatos amenacen con tantas huelgas generales como santos tiene el mes. Todo lo que piensan y lo que podrían pensar Méndez y Toxo o es absurdo, o es delito o engorda. Su opinión como "interlocutores sociales" sólo es válida para salir corriendo siempre en dirección contraria. Hay que poner a trabajar a los sindicalistas prevaliéndose únicamente de su talento, no del nuestro. La "paz social" se logrará cuando Méndez tenga que quedarse a fregar los platos en los asadores que ya no le pagamos.

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