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Alejandro A. Tagliavini

¿Llegará el tsunami global?

Japón, pobre en "recursos naturales", demuestra que la riqueza radica en las personas. El caso opuesto es Venezuela: siendo riquísima en petróleo, cuyo precio se multiplicó por siete desde que Chávez asumió el poder, no deja de empobrecerse.

Azorados ante la irresponsabilidad de los funcionarios de todo el mundo que anuncian desde que todo está tranquilo hasta el Apocalypse Now, y esperando que, finalmente, la naturaleza ponga las cosas en su lugar, analicemos las consecuencias sobre la tercera economía mundial, con un PIB 15 veces el de Argentina. El ingreso per cápita, de 39.800 dólares anuales, supera al de muchos europeos. Japón, pobre en "recursos naturales", demuestra que la riqueza radica en las personas. El caso opuesto es Venezuela: siendo riquísima en petróleo, cuyo precio se multiplicó por siete desde que Chávez asumió el poder, no deja de empobrecerse debido a que las personas están coartadas por la falta de libertad.

Las zonas dañadas aportan 8% del PIB japonés y las pérdidas económicas podrían llegar a los 200.000 millones de dólares: la tragedia más costosa de la historia humana. Las plantas nucleares, algunas con graves daños, generan el 30% de la energía japonesa, de modo que se producen cortes de luz y agua. Inicialmente, muchas empresas redujeron o detuvieron temporalmente su producción. Por casos, Toyota, automovilística número uno del mundo, paralizó la producción en sus 12 plantas y Panasonic cerró dos en el norte porque no tenían suficiente luz y agua.

Latinoamérica podría verse afectada por la caída en los precios de las materias primas de las que Japón es gran importador; por ejemplo, es el mayor comprador global de maíz, el segundo importador de maíz y trigo estadounidense, y el tercer comprador de su soja. El segundo y tercer proveedor de Japón son Brasil y Argentina. En los primeros días los granos llegaron a caer 6% mientras el petróleo bajaba 4%, ya que los nipones son los terceros consumidores globales, pero luego empezó a subir especulando con que necesitarán aumentar su importación para reemplazar la energía nuclear.

Con un yen muy fortalecido, que preocupa al G7, y una deuda estatal astronómica equivalente al 200% de su PIB, para "garantizar la estabilidad financiera" el Banco de Japón comenzó a inyectar yenes en el mercado, inicialmente 86.000 millones de dólares, casi el triple de lo habitual, pero la bolsa cayó 16% el lunes y martes posteriores al tsunami aunque luego comenzó a recuperarse lentamente.

 Por otro lado, Moody’s y S&P amenazaron con bajar la nota, libre de riesgo, a la deuda de EEUU si no reduce el gasto estatal: por cada dólar que ingresa salen 1,50 dólares para gastos. La deuda estatal supera los 14 billones de dólares y casi equivale al 100% del PIB de EE.UU. Por si acaso, el mayor fondo de inversión especializado en deuda, la Pacific Life Investment Management Co., se desprendió por completo de su cartera de bonos del Tesoro, unos 53.000 millones de dólares.

La mayor parte de la deuda emitida por el Tesoro es comprada por la Fed (70%, y 30% por inversores externos), que anunció que dejará de comprar a partir de junio, al alcanzar los 600.000 millones de dólares en títulos públicos. El mayor tenedor externo es el Gobierno chino, y luego el japonés. Seguramente Japón evitaría vender una parte importante de sus bonos porque iría en contra de sus intereses, ya que se depreciarían sus reservas. Pero podría vender algo, provocando una ola vendedora y bajista de incalculables consecuencias dado lo extendidos que están los bonos del Tesoro por todo el mundo.

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