El Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid ha dictado este lunes el auto del concurso de acreedores de la empresa láctea Clesa, con un pasivo de más de 1.000 millones de euros, y ha decidido apartar de la gestión a la familia Ruiz-Mateos, que adquirió esta compañía a Parmalat en 2007.
Según el auto, al que tuvo acceso Europa Press, el juez ha acordado la suspensión de las facultades de administración y disposición del patrimonio al deudor, ya que considera que ha adoptado decisiones empresariales "perjudiciales" para el patrimonio de la concursada, incrementando cada año el importe del pasivo.
Asimismo, considera que la situación financiera se ha visto agravada por la existencia de numerosas operaciones de afianzamiento a favor de empresas ajenas a la concursada y sin más vínculos entre ellas que las personales o familiares entre sus directivos, llegando a multiplicar por cuatro el pasivo de explotación ordinaria de Clesa. De la documentación aportada se deduce que el pasivo inicial asciende a 1.112,36 millones de euros y el activo inicial a 304,76 millones de euros.
El concurso de acreedores, que había sido presentado en primera instancia en la localidad gallega de Pontevedra para pasar posteriormente a la capital, y someterse a un proceso de subsanación, entra en vigor desde este lunes tras el auto publicado por el juez Francisco Javier Vaquer Martín. Actualmente, la compañía tiene en marcha un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) temporal que afecta a unos 630 trabajadores, incluidos los de Helados Royne (marca comercial de Clesa).
En esta misma situación entró el Grupo Dhul a mediados de marzo, que paso a manos de cinco administradores concursales y que actualmente produce al 50% de su capacidad.
El juez Blas Alberto González consideró que a pesar de ser un concurso de acreedores voluntario, apartaría de la dirección de Dhul a Álvaro y Francisco Javier Ruiz-Mateos Rivero. El juez consideró que existían "evidentes relaciones societarias y económicas entre las diversas entidades que integran Nueva Rumasa, traducidas en la generación de responsabilidad solidaria de la solicitante por deudas ajenas".
En este sentido también tuvo en cuenta que la situación de insolvencia de la compañía alimentaria estaba directamente relacionada con "las deudas de otras empresas de Nueva Rumasa y no tanto, o no íntegramente, con la propia gestión de Grupo Dhul".
En el caso de Carcesa la familia Ruiz-Mateos también se quedó fuera de la gestión, el pasado jueves tres empresas se asociaron en un consorcio para gestionar su gestión en régimen de alquiler con opción a compra posibilitando que un periodo corto de tiempo la concursada pertenezca íntegramente a la cooperativa, según FITAG-UGT.
Cacaolat está pasando por una situación diferente ya que mantiene su producción al 100% en Barcelona y por ello está buscando fábricas fuera de España para externalizar su producción, al no tener capacidad en Barcelona para "sacar todo el producto que pueden vender", aunque actualmente tiene parada su planta en Zaragoza.
En cuanto a las cinco bodegas que posee Nueva Rumasa, a finales de abril fueron declaradas en concurso, aunque la familia Ruiz-Mateos conserva las facultades de administraciónya que el juez la considera una empresa viable al contrario que Garvey.
Nueva Rumasa también presentó voluntariamente a principios de mayo el concurso para Trapa. La chocolatera cuenta con una plantilla de 85 trabajadores que mantienen su producción y a los que no les adeuda nada. Los trabajadores de Quesería Menorquina han adquirido la sociedad "con el objetivo de salvaguardar sus puestos de trabajo" y asumiendo una deuda de 30 millones de euros.
Según los sindicatos, el caso de la avícola Hibramer es uno de los más graves, ya que la administración concursal, donde están fuera los Ruiz-Mateos, baraja liquidar la empresa y rescindir de todos los contratos