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EL CASO DE 'EL ÁLAMO'

Los bares rebeldes siguen permitiendo fumar 5 meses después de la prohibición

El insumiso de El Álamo continúa luchando contra la Ley Antitabaco permitiendo fumar en el interior de su negocio.

Se cumplen cinco meses de la entrada en vigor de la Ley Antifumadores y el propietario de la Taberna Montecarlo en El Álamo (Madrid), tras ser expedientado, sigue desafiando a la prohibición a pesar del riesgo que supone para su bolsillo. El dueño de este establecimiento, José Simón Martínez, nos recibe en su local para explicar cómo está viviendo la situación.

Pregunta (P): ¿Con qué dificultades te has encontrado en estos cinco meses permitiendo fumar en tu negocio?

Respuesta (R): Los tres primeros meses, sobre todo, han sido bastante duros. Fue un ataque constante por parte del Gobierno y de la policía, y los clientes también vivieron cierta confusión porque dudaban de si fumar o no, aunque al final lo hicieron.

Otro episodio complicado fue cuando tres personas del Gobierno, que no voy a mencionar de momento, me propusieron que si dejaba de hablar con los medios de comunicación me dejaban fumar en el bar, y esto lo puedo demostrar.

P: ¿En qué situación se encuentra el expediente que te abrió en enero la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid?

R: No he vuelto a tener ninguna notificación. Después de diez días fumando en mi establecimiento, los inspectores de Sanidad se presentaron por sorpresa en mi local para abrirme un expediente sancionador por no imponer una medida que lo único que ha hecho es perjudicar a la hostelería, el sector encargado de mantener la economía de España y que ahora está en crisis. No es justo. Todos vemos que ya hemos entrado en junio y no se llenan ni los bares, ni las plazas hoteleras, ni se generan puestos de trabajo, ni nada.

P: ¿Te saltaste la Ley desde su entrada en vigor?

R: No. Estuve cuatro días aplicando la Ley, y tras comprobar que mi clientela había descendido en más del 60%, tomé la decisión de volver a permitir fumar, ya que si no lo hacía tendría que cerrar mi negocio. Otro factor que me empujó a hacerlo fue cuando un cliente agredió a un compañero mío del sector por prohibirle fumar.

P: ¿Qué piensas del resto de hosteleros que sí han decidido cumplir la Ley?

R: Una cosa es cumplir la Ley por miedo y otra por respeto. Lo que no se puede es tener a un país atemorizado como está España. Además, soy consciente de que aquí, en El Álamo, en muchos bares se fuma a puerta cerrada, pero como no salen en los medios pues no pasa nada. Creo que los dueños de estos locales están actuando mal porque si ellos quieren que se fume en sus negocios que den la cara como yo y no sean cobardes. Por este motivo creo que es falso que la Ley se esté cumpliendo en el 98% de los casos, tal y como afirma el Gobierno.

P: ¿Por qué crees que el resto de propietarios de bares y restaurantes de El Álamo te han acusado de desleal?

R: Es complicado porque yo me he convertido en su enemigo número uno, pero no entienden que soy su mejor aliado. No tengo intención de incumplir una Ley para ganar clientela. Mi objetivo es defender un derecho, un negocio y la libertad de los clientes a celebrar un evento y fumarse un puro o a tomarse un café y un cigarro antes de ir a trabajar.

P: ¿Has perdido clientela no fumadora?

R: Para nada. Al contrario, vienen a apoyar la causa aunque no fumen. Creen que igual que ellos tienen derecho a no respirar humo en un bar, los fumadores también deberían poder elegir.

P: ¿Cómo describirías al cliente que viene específicamente a fumar?

R: Gente normal, que intenta sacar un hueco en el día para venir a Montecarlo. También viene mucha gente de fuera, incluso personas que viven a 200 kilómetros de distancia.

P: ¿Tienes conocimiento de que hayan multado a algún cliente por fumar en Montecarlo?

R: Sí, sólo a una clienta que estaba sentada tomándose su café y fumando. Entró la policía municipal y la sancionaron con 30 euros. Más tarde me contó que la multa efectivamente llegó y que la pagó religiosamente.

P: Veo que tu local está adaptado con un sistema de ventilación. ¿Has amortizado esa inversión?

R: No. Entre las rejillas, la máquina de extracción de humo, los motores y el montaje el coste puede ascender a los 15.000 euros, y teniendo en cuenta que lo instalé en 2010  sería imposible rentabilizarlo con la Ley Antitabaco.

P: ¿Y ahora en verano, aunque tengas la terraza instalada, seguirás permitiendo fumar en el interior de tu establecimiento?

R: Por supuesto. Yo no soy nadie para indicarle a la gente dónde debe fumar. Tan sólo soy el propietario de un negocio.

P: ¿Cómo vas a reaccionar cuando te llegue finalmente una sanción?

R: Si me obligan a pagar una multa no podría hacerlo porque no tengo dinero para hacerle frente. Si llega el día, aquí se quedan. Cogeré mi bandera, mis cabezas de toro y mi traje de cocinero y me iré a Alemania a empezar de nuevo.

P: ¿Bajo qué condiciones cambiarías tu postura y prohibirías finalmente fumar?

R: Bajo ninguna: Si me obligan a prohibir fumar en mi local tendrán que cerrar el establecimiento. Si me hubiesen aplicado una Ley seria lo aceptaría, pero si es por capricho de un presidente que no sabe gobernar entonces no, porque en vez de levantar la economía del país me está perjudicando a mí como empresario y no puedo permitir que el Gobierno juegue con mi patrimonio y con mi empresa.

P: Entonces, ¿piensas llegar hasta el final?

R: Por supuesto. Yo aquí sigo fumando como si tal cosa, ya es un hecho consumado.

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