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El Banco de España pide sancionar a las CCAA que incumplan el déficit

El Banco de España recomienda la aplicación de reglas de gasto en las CCAA que incorporen mecanismos que obliguen a su cumplimiento.

Así lo señala el banco emisor en su Informe anual, donde dice que estas sanciones no existen en la legislación española más allá de las limitaciones a las emisiones de deuda a los territorios que no cumplen los objetivos marcados que, aunque no son de aplicación automática, se deben valorar "muy positivamente".

Sin embargo, asegura que la posibilidad de establecer este tipo de sanciones podría plantearse de cara al futuro como mecanismo adicional de disciplina, aunque admite que la evidencia muestra que no es fácil definir estas sanciones de manera que su aplicación sea "efectiva".

El Banco de España asevera que los países con marcos presupuestarios más exigentes tienden a presentar mayor disciplina fiscal y recuerda que, según las experiencias de algunos países, los marcos de reglas fiscales más exitosos son aquellos que combinan una regla de déficit público con límites explícitos al gasto público, informa Europa Press.

Dejando a un lado los límites para el déficit en los tres niveles de la administración y dada la efectividad del límite al crecimiento de gasto en el Presupuesto del Estado, cree que este tipo de reglas debería extenderse a las administraciones territoriales, sobre todo a las comunidades, donde las desviaciones del gasto en relación a las previsiones han tenido un carácter sistemático.

Además, cree que se puede aprovechar la ocasión para mejorar la definición del límite de gasto del Estado, de forma que no solo se efectúe en términos de Contabilidad Presupuestaria, sino también en términos de Contabilidad Nacional y se ancle en algún indicador macroeconómico como el crecimiento tendencial del PIB nominal.

Que los ayuntamientos también informen

Por otro lado, el supervisor resalta la importancia de la transparencia en las reglas fiscales y considera "deseable" una publicación regular de la ejecución presupuestaria del conjunto y cada una de las comunidades, con la misma periodicidad, el mismo grado de detalle, desfase y facilidad de acceso que las del Estado. "También sería conveniente la disponibilidad de alguna información, posiblemente de carácter más agregado, para las principales ciudades", añade.

Asimismo, cree que la planificación presupuestaria a medio plazo debería adquirir más relevancia, ya que analizar periódicamente la dinámica estructural de las distintas partidas de ingresos y gastos para ver donde se pueden hacer más ajustes puede resultar "especialmente apropiado" cuando se requieren medidas de ajuste que van más allá de una corrección transitoria de los desequilibrios. Así, recuerda que es "positivo" la aplicación de marcos presupuestarios plurianuales.

De la misma forma, recuerda que la delegación total o parcial de ciertas decisiones de política fiscal a un organismo independiente también ha sido discutida recientemente como mecanismo para incrementar la disciplina, aunque su diseño y efectividad no están exentos de controversia.

Las reglas de gasto, un instrumento "muy útil"

Finalmente, el Banco de España resalta la importancia de aumentar la corresponsabilidad fiscal, contar, en el futuro, con una mayor estabilidad en el sistema de financiación y algún método de cálculo objetivo de las necesidades reales de gasto de las comunidades para evaluar el gasto efectivo actual, dotarlo de mayor objetividad y eliminar los incentivos a replantear periódicamente acuerdos que tomen como base el nivel de financiación previamente alcanzado.

A modo de resumen, señala que las reglas de gasto son un instrumento "muy útil" para garantizar la disciplina fiscal, aunque deben cubrir la totalidad del gasto público, incluyendo los gastos fiscales, aplicar a todos los niveles de gobierno, enmarcarse en un marco presupuestario de medio plazo, establecer un mecanismo de corrección de las desviaciones y anclarse en estimaciones prudentes del crecimiento potencial y la inflación de la economía. El Banco de España resalta la necesidad de ahorrar por la vía del gasto en determinadas partidas como las transferencias y pagos corrientes o las inversiones que no sean productivas, al tiempo que apuesta por moderar el gasto sanitario y del sistema de pensiones.

Reformas tributarias

Sin embargo, tampoco descarta la posibilidad de que sea preciso introducir nuevas modificaciones impositivas dada la magnitud del ajuste fiscal. A su parecer, el cambio en el tamaño y composición de los programas públicos de gasto debería completarse con reformas tributarias que combinen el incremento de la capacidad recaudatoria con la mejora de la eficiencia.

Así, afirma que, cuando las subidas fiscales sean necesarias, deberán recaer sobre las figuras tributarias con menos efectos distorsionadores sobre el crecimiento, como los impuestos sobre la propiedad inmobiliaria y sobre el consumo, ya que España tiene menos presión fiscal que otros países por el peso más reducido de estos impuestos.

De hecho, pone como ejemplo al IVA que, pese al incremento, sigue estando por debajo de la media de la OCDE, y cree que podría optarse por una ampliación de la base del impuesto, al tiempo que se refiere a los impuestos especiales y medioambientales, que con un peso significativamente menor en España que en otros países desarrollados.

Eliminar las deducciones

Por otra parte, apuesta por la racionalización de los denominados 'gastos fiscales', derivados de la existencia de deducciones y exenciones en las distintas figuras tributarias, que representan un "importante coste" en términos de recaudación, añaden complejidad a la estructura tributaria y tienen, en algunos casos, "efectos negativos significativos" sobre la eficiencia y sobre la equidad.

En concreto, el supervisor bancario recuerda que estos "gastos fiscales" representan en España alrededor de un 42% de los ingresos por IVA, asociados a la aplicación de tipos reducidos en determinados bienes; cerca de un tercio del IRPF por el trato preferencial de la inversión en vivienda, aportaciones a planes de pensiones y deducciones sobre los rendimientos del trabajo; y un quinto de lo recaudado por el Impuesto de Sociedades, debido a incentivos a la inversión, sobre todo.

En definitiva, el Banco de España cree que la política fiscal debe priorizar en los próximos ejercicios la realización de un ajuste enérgico que permita sanear las finanzas públicas de manera "rápida y sólida", mientras que las políticas que se adopten tanto del lado del gasto como de los ingresos deben reforzar la contribución de la política fiscal al crecimiento potencial de la economía, lo que exige una mejora de la eficiencia en la acción pública.

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