Al problema del déficit, que en abril superó ya la cuantía autorizada para todo el 2011, al numero de facturas impagadas y a toda una serie de anomalías que se vienen conociendo en Castilla-La Mancha tras las elecciones, se le suma ahora un nuevo escándalo que vuelve a poner en entredicho la gestión del socialista José María Barreda.
Según el diario el Economista, la Sindicatura de Cuentas ha detectado en dos informes realizados ahora pero referidos a los años 2006 y 2008, un gran número de irregularidades que implican al Gobierno Regional, tanto en la contratación pública como en la propia contabilidad del mismo.
La Sindicatura informa del abuso cometido por algunas consejerías tras proceder a adjudicar contratos sin concurso ni publicidad, pese a que según el Trlcap (Texto Refundido de la Ley de Contratación de las Administraciones Públicas) debería considerarse como un procedimiento excepcional.
Concretamente el 40% de los contratos de la Junta se han adjudicado a dedo, pero en algunas consejerías este porcentaje se dispara. El mejor ejemplo es el de la consejería de Presidencia donde la cifra de contratos de este tipo asciende al 48%. Economía tampoco se queda atrás y se anota un 32% de contratos tramitados sin concurso.
Según los informes en la mayoría de los expedientes analizados existen anomalías: en algunos la formalización del documento contractual se produce hasta 30 días después al de la recepción de la notificación de adjudicación, facturas sin abonar, desconociéndose el importe ejecutado, otras emitidas en un ejercicio y cargadas el siguiente, lo que supone un incumplimiento de la normativa contable, y prórrogas sin justificación.
La situación del Servicio de Salud también preocupa a la Sindicatura de Cuentas ya que el 68% de los expedientes no consta la aprobación del Órgano de Contratación. La gestión contable también queda en entredicho en este organismo, según el informe de 2008, la Junta contabilizó como ingresos las participaciones de las corporaciones locales en los tributos del Estado cuando estos fondos son meras operaciones de Tesorería y no deberían figurar en el balance.
Una situación sobre la que Barreda todavía no se ha pronunciado y que se añade a cantidad de sorpresas desagradables que se ha ido encontrado su presidenta, María Dolores de Cospedal, al llegar al cargo.