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¡Viva la especulación!

Los especuladores facilitan enormemente la coordinación de los agentes económicos llevando, por un lado, los bienes o activos al lugar o momento más valorado y facilitando, por otro, las operaciones de intercambio y acumulación de estos últimos.

Herbert dijo el día 20 de Julio de 2011 a las 00:51:

Don_Leti: Pues exactamente eso que usted describe es lo que están haciendo ahora mismo los especuladores en los mercados de renta fija (abstenerse de comprar), y por eso son denostados por los gobiernos.

El problema de la famosa prima de riesgo que tiene el bono español en este momento con respecto al alemán, se debe precisamente a que los "especuladores" se resisten a comprar deuda del Reino de España. Osea, se le considera a usted un especulador perverso POR NO INVERTIR esos 4 millones de euros que dice usted tener. Son "especuladores malvados" por omisión, no por acción.

Ideológicamente, de llamar especuladores a quienes no se fían de los gobiernos manirrotos y decretar un "corralito", hay un paso prácticamente invisible (no digo que tal cosa vaya a suceder, ni mucho menos. Digo que ideológicamente se acerca mucho).

Si yo fuera usted, a estas horas estaría planteándome seriamente transferir mis 4 millones de euros a una cuenta abierta en Alemania, o en cualquier otro país con menos riesgo de impago, más que nada porque eso es lo que la mayoría de los pequeños y grandes inversores se están planteando en este preciso momento.

jlcarriz dijo el día 19 de Julio de 2011 a las 12:33:

Don_Leti, si usted no tiene 4 millones de euros, no puede decidir sobre esos 4 millones de euros.

Amagi24, no llamaría “fallos del mercado” lo que son fallos del intervencionismo político.

Don_Leti dijo el día 17 de Julio de 2011 a las 16:27:

Esto ya alcanza el delirio:

"... y también *cuando decidimos no hacerlo*, estamos tomando decisiones de manera especulativa".

Sí, claro, yo he "decidido" no comprar 4 millones de euros en acciones esta mañana... ¡Ay, qué especulador estoy hoy; qué pillín"

Herbert dijo el día 16 de Julio de 2011 a las 23:27:

Excelente artículo. Atinado en cada palabra. Felicidades, Sr. Rallo.

Amagi24 dijo el día 16 de Julio de 2011 a las 14:46:

Interesante artículo, aunque no estoy del todo de acuerdo con que “el especulador, gracias a su profundo conocimiento del campo, del clima o de la demografía (o simplemente por azar), sabe o intuye que en el futuro serán más escaso que hoy. Por ello, comprará trigo hoy –elevando su precio y volviéndolo más escaso–, lo almacenará y lo venderá mañana cuando sea más escaso (abaratando su precio). Y quien habla del abastecimiento de trigo a un año, puede hablar de vivienda a una década vista o de petróleo a medio siglo vista.”.

Todo esto está muy bien en condiciones de competencia perfecta donde los agentes no pueden manipular el precio en el mercado y la información sobre las condiciones de la oferta y la demanda son las mismas para todos los agentes económicos. Pero, lamentablemente esto no sucede así; la existencia de monopolios y oligopolios (como el petróleo) en los mercados de futuros y la existencia de entidades financieras prestatarias que ocultan la solvencia de sus productos a los prestamistas hace que la información sea asimétrica y distorsione el mercado y los precios provocando fallos de mercado y un cierto riesgo moral. El problema es que los especuladores más influyentes “saben” mientras que otros, que no disponen de esa información privilegiada, solo “intuyen”. Además, hay mercados, como el de la vivienda en el que los aumentos del precio por las compras masivas de pisos (con un crédito barato) provocaron una mayor demanda especulativa (sobre todo a corto) que no respondía a las necesidades de un mercado real y generó una burbuja inmobiliaria y crediticia.

No hay nada que objetar a la especulación si es una actividad legal, el problema es que especular con los alimentos puede colisionar con los problemas éticos. Comprar trigo hoy, elevar su precio, almacenarlo y venderlo en un futuro cuando escasee puede originar desequilibrios coyunturales como la crisis alimentaria mundial de los años 2007 y 2008 cuando se originaron grandes subidas de los precios de los alimentos básicos en el mundo (aunque 2008 fue un año record en la producción mundial de alimentos) afectando a la población de numerosos países africanos. Se puede argumentar que la subida de precios que benefició a los especuladores también lo hizo con los vendedores de alimentos de los países más pobres pero, en el fondo, esto no sucedió así debido a su escaso poder de negociación en el mercado agroalimentario mundial.

Por último, en el clásico “La teoría de los sentimientos morales” Adam Smith comenta: “Por muy egoísta que se suponga que es el hombre, es evidente que hay en su naturaleza algunos principios, que le hacen interesarse por la fortuna de los demás, y hacerle necesaria su felicidad, aunque nada derive de ella si no es el placer de verla”.

Saludos.