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Melancolía española

Si todo fuera como yo doy a entender, estaríamos ante una prueba sencilla, casi natural, de política democrática, independientemente de quien gobierne, para resolver el principal problema de España, a saber su desnacionalización.

rawolf dijo el día 5 de Agosto de 2011 a las 09:28:

Psoe_Fan

El gran error del liberalismo clásico es haber admitido la idea de Estado mínimo, un Estado que presta servicios que se consideran imposibles de ser suministrados por el mercado.

El Estado, estructura burocrática compuesta por hombres sometidos a un esquema de incentivos que saca lo peor de sus innatas limitaciones mentales y morales, no es capaz de hacerse con la información necesaria, que es de carácter disperso y no formalizada, para dotar de poder coordinador a sus mandatos coactivos. La pretensión de que dicha estructura sea el "cuidador" o el "arquitecto" de un orden social que mejore el que espontáneamente surge de la libre interacción de los que actúan buscando su propio beneficio, no es más que fatal arrogancia, como se demuestra lógicamente y se ilustra en múltiples ocasiones históricas. Desde la ruina que provoca esta idea abyecta, 170 millones de muertos nos contemplan.

Si el liberalismo quiere ofrecer su solución para conseguir un orden social que promueva el desarrollo de la civilización, debe rechazar, radicalmente, toda idea de Estado. Además desde el punto de vista propagandístico, a grandes estratos sociales solo se puede llegar con un mensaje impactante, que les sacuda la modorra que les lleva a aceptar voluntariamente la tiranía socialdemócrata.

Respecto a España, el nacionalismo (español, catalán o vasco) es el último refugio de los canallas, nuestras necesidades de afiliación deberían restringirse al ámbito privado. Personalmente me siento español como se sentiría alemán un germano-hablante en el Imperio Austro-Húngaro, es decir mis sentimientos nacionales no tienen que ir asociados a una estructura burocrática ejerciendo sobre un territorio monopolios compulsivos destructores del orden social.

La tarea: aprovechar la descentralización y convertirla en segregación. Me puedo sentir español, viviendo, por ejemplo, en un Madrid independiente, donde se respeten la propiedad privada, la libertad y los contratos, con impuestos 0. No necesito Rey, no necesito bandera, no necesito Estado y, sobretodo, no necesito impuestos. Lo que necesito es que, de una puñetera vez, me dejen en paz.

Psoe_Fan dijo el día 4 de Agosto de 2011 a las 17:35:


Rawolf, el problema del Estado que plantea es de grado, solo en estos términos sensatos se puede discutir. Por eso no veo ni mucho menos que la solución de un Estado nacional sea el problema. El problema tampoco es sólo de voluntad política en favor de la nación. El problema que la impracticada política nacional tiene, es su idea de Estado nacional. Es un problema de radiografía de modelo. Y quien critica y defenestra el autonomismo ha de ofrecer no una propuesta de voluntades, sino la explicación de la idea de esas voluntades. Qué trato, en efecto, ha de hacerse a los nacionalismos, cómo se entienden éstos, bajo que temple y qué interpretación, cuál es el modelo político-estatal de articular la nación, en qué medida supera el autonomismo.

El Estado, rawolf, ha de ser "cuidador" y "arquitecto". Su función política e histórica, puede separarse muy bien de sus capacidades burocráticas, legales y "derechos" intrínsecos. La limitación de éstas no puede confundirse ni obviar su necesidad política. Usted lo ha llevado al de agencia que ostenta el monopolio, pero esto más bien sería una reforma de grado para que la maquinaria del Estado no ahogue ni asfixie la espontaneidad social. Aunque acepto esto, en igual medida que critica a las socialdemocracias, habría de criticar a las democracias liberales burguesas que con la Revolución instauraron y lo dotaron de un enorme poder público capaz de domeñar por siempre a toda una sociedad. En la brillante táctica burocrática y moral industrialista, se encuentra el Estado que usted critica


Psoe_Fan dijo el día 4 de Agosto de 2011 a las 15:18:


Yo, en cambio, prefiero el lenguaje alusivo que el directo, y el estilo hiperlibre y auténtico en lo velado que un formal y encorsetado trato de círculo de lectores. Se puede sacar una conclusión: para el principal problema de España, la desnacionalización, no hay ideas propias sobre qué hacer. La empresa de renacionalizar es mucho más amplia y debe estar mucho más articulada conceptual y políticamente que unas vagas fórmulas para salir del paso. Puede leerse mi último comentario, Doctrina del Estado nacional, para tener horizontes un poco más amplios sobre este tema. No los voy a repetir.

La "medida" más general pide "que inventen otros". ¿ Y qué pide que inventen?. Un Estado-generalidad vacío, anónimo, innombrable, un engendro que ni se define como modelo político-estatal y ni mucho menos se explica como doctrina. Un aviso y una indirecta al nacionalismo, como mucho. ¿Esto es pasión, pensamiento o apoplegía?. Y conste que en nada de esto hay personalismo, solo batalla a la insuficiencia. Por lo demás, humor, simpatía, y a veces, hasta cariño. Entre besito y hostia anda la cosa.

Se ha tirado la piedra -más bien el cañonazo- contra el Estado de las Autonomías, y no hay mano arquitecta para diseñar algo en su lugar. Sólo la albañilería, como mucho, de los Pactos de Estado. ¡A vivir de las miserias, de las concreciones, de los pactos consensuados pero imposibles entre grandes partidos!. El chabolismo, material e intelectual, es el destino español de nuestro tiempo.

Retablo dijo el día 3 de Agosto de 2011 a las 18:09:

La pugna, con victoria de la mayoría, que impone entonces sus ideas sobre la minoría, sin más, es uno de los defectos intrínsecos de la partitocracia. Hay otros coyunturales (aunque en la práctica siempre se den), pero ése es intrínseco. No hay nada en el sistema que obligue a la gente a ponerse de acuerdo, si acaso para lograr la mayoría simple, y entonces es peor el remedio que la enfermedad, porque quienes la otorgan son los partidos minoritarios, generalmente nacionalistas, y siempre con impuesto revolucionario por delante.

Así, el Parlamento sólo es Votamento. Para lo que les sirve hablar... mejor que se callen. De hecho, por mí que lo hagan por Internet. Ni siquiera les pido que justifiquen su sueldo asistiendo a las sesiones; total, si nada de lo que se hace allí trasciende, salvo el voto. Que cobren poco, muy poco; por votar; y que lo hagan por Internet. A efectos prácticos, mejor.

Un sistema que obligase, por normativa, a llegar a acuerdos entre los grandes partidos, sería teóricamente mejor. (En la práctica... quiza sólo serviría para que se repartieran las prebendas).

Lo malo de Rajao es que si hace algo así será por miedo -me temo; ojalá me equivoque.

Urdin dijo el día 3 de Agosto de 2011 a las 14:15:

La cura de cualquier mal exige el reconocimiento de la enfermedad, causa del mal. En el plano moral eso exige el reconociemnto de la propia culpa. Y eso a su vez exige un ejercicio de huimldad. Los españoles que se enfrentan al Islám no lo hacen desde el pardigma de los derechos humanos (huy qué injusticia más grande hemos sufrido) sino desde el pardihma del Isael bíblico (Misericordia Señor porque hemos pecado). Creo excesivo exigir una cosa semejante a los españoles porque no saben distinguir el pradigma bíblioc de una hazaña homérica. Sin embargo, sin ser tan ambiciosos, no estaría de más que alguno reflexionara sobre el alcance de aquellos pactos y aquellos consensos, porque si el fin no justifica los medios, tampoco lo justifica ni siquiera en nombre de la paz. Por que no es la paz la vocación del hombre sino el heroísmo y no por vana temeridad sino porque si humano es tener miedo, tambieén lo es el saberlo dominar. A fecha de hoy la Constitución de 1.978 rompe con más de cien años de constitucionalismo español de 1.812 a 1.931, en la que todas, repito, todas las Constituciones liberales consioderaban que dentro de la nación española no cabe más que una sola nacionalidad. Quisieron escoger entre el deshonor y el terrorismo, y se escogio el deshonor y tuvimos 30 años de terrorismo y más de mil muertos. Se concedio la ikurriña, que jamás fue bandera vasca, sino del Partido nacionalista vasco como la propia de la Comunidad Autónoma Vasca legitimando con ello el discurso pseudohistórico del PNV. Y como la justicia sobre las cosas depende de la verdad sobre las cosas se ignoró duarnte casi 30 años a las vítimas del terrorismo porque "algo habrán hecho." Y casi 30 años costó darse cuentas de que las denuncias de tortura eran falsas. Y es que en el imaginario colectivo de la oposición al "franquismo" o a lo que se entendía por tal todo vale. Y ahra se lamentan de que la serpiente que han amamantado es demasiado grande. Yo también tengo nostalgia de España, pero la primera condición para salir del hoyo es darse cuenta de cómo nos hemos metido en el y acabar con la leyenda rosa de la transición de la que algunos estamos un poco hartos.

yimenyi dijo el día 3 de Agosto de 2011 a las 11:52:

D. Agapito me parece un artículo bastante raro pues entiendo que se basa en suposiciones entre lo que pudo pasar entre Zapatero y Rajoy, pero como no lo sabemos, pues por mucho que especulemos estaremos lejos de la realidad. Lo que no comprendo es el buenismo que aún atribuye a estos dirigentes socialistas. No sé qué más tienen que hacer para que se les diga realmente lo que son, unos irresponsables y unos inconscientes que nos van a causar un roto de dificilísima costura.

reader dijo el día 3 de Agosto de 2011 a las 00:54:

España, España, ¿qué es España? Yo no lo sé.
Un presidente que llama al líder de la oposición para ponerle al día de la situación... Suena muy bien. Eso es un país.
Ni siquiera las autonomías considero que son el problema, el problema viene de más atrás. Cuando leo la Constitución y dice "todos los españoles son iguales..." y luego "derechos históricos de territorios forales", no sé, algo no me cuadra, tengo la sensación de que me están tomando el pelo. Por eso no entendía cuando muchos se escandalizaban por el estatuto catalán aunque había motivos y no prestaban atención a la realidad ya aceptada.
No entiendo esas asimetrías históricas, y con eso no quiero decir que no respete el deseo de algunos a independizarse si se respetan las reglas de la democracia, puedo entenderlo y lo respeto, ya se verá. Lo que no acepto es que opinen así cuando no parten de unas condiciones de igualdad sino de privilegios. Y podría incluir también aquí también el debate sobre la adecuación de la actual ley electoral.
No es fácil mantener la cohesión como país, pero el precio que se paga es que para que algunos acepten formar parte del "club" deban disfrutar de unos privilegios antiguos y absurdos en un país moderno.
Me provocaba una sonrisa, una sonrisa triste, que muchos se escandalizaran con el estatuto catalán, y no prestaran atención al absurdo de nuestra Carta Magna, donde unos sólo acceden a ser españoles -y no del todo- si se reconoce sus derechos como diferentes y superiores. Sí, me refiero a los "señoritos" vascos y navarros.
Por eso considero muchas veces que la mejor forma de definir a España es un no-país, o un país haciéndose, o un país imposible en equilibrio forzado y constante tensión. Y a la vez que esto puede provocar un sentimiento de desesperanza y desasosiego también, por su riqueza cultural, por su diferencia de climas y costumbres, por sus infinitos acentos y dialectos...hay algo que nos une y nos hace más ricos; y resurge la esperanza.
Tal vez eso sea España, una esperanza.

nw_spain dijo el día 3 de Agosto de 2011 a las 00:51:

Fantástico post de rawlof. Sólo diré una cosa ante el nivel de ese lector: Los socialistas más acérrimos no militan en partidos de izquierda y así nos va.

El Estado de Bienestar perfecto es el que se crea toda -sin distinciones- la clase política amparada en un sistema democrático podrido por la la estatalización a ultranza de todo lo que tocan.

O un Estado reducido a lo básico -educación y sanidad- y con una gestión perfecta y rigurosísima o malviviremos durante muchísímos años convertidos en un país de segunda o incluso tercera dentro de la Unión Europea.

claridad dijo el día 3 de Agosto de 2011 a las 00:36:

Sr. Agapito: Completamente en desacuerdo con usted en lo referente al consenso. La verdad, me ha decepcionado al plantear tal cosa. Es lo único que nos hacía falta ya (lo del consenso), para rematar la faena. Ponga a descansar su mente. Tómese unas buenas vacaciones, y a disfrutar de ellas.

jorgegvr dijo el día 2 de Agosto de 2011 a las 22:07:

rawolf, por tu excelente comentario no puedo más que adherirme a el mismo, y mostrar mi apoyo porque es lo que siento, al ser tratado a diario por este Estado actual.

Trabajo, cumplo con mis impuestos, y soy a diario vilipendiado en mis derechos como ser humano, entre ellos la igualdad ante la ley y la administración, mis libertades coartadas y la imposición de barreras administrativas para emprender y mejorar.
No cuento con una oposición que vigile y denuncie lo que hace quien manda, y no cuento con medios justos y democráticos para que impere la justicia.
Así me siento. Indefenso, insultado, maltratado, exprimido y sin libertad.

Mi única esperanza viene de la futura experiencia que sentiremos en los años venideros, consecuencia de todo lo permitido. Ya veremos que pasa entonces.