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Obama envejecido, Sebastián relajado y el 19 de mayo, nueva fiesta nacional

Mientras el presidente de EEUU aparece muy fatigado tras cerrar el acuerdo sobre la deuda, el ministro de Industria sonríe al futuro. Eso sí, sin corbata.

A la prensa económica se le empiezan a acabar las metáforas catastrofistas, con el Ibex 35 en mínimos anuales y la prima de riesgo rondando los 400 puntos, es difícil encontrar un nuevo titular no utilizado hasta ahora con el que describir el fragilísimo estado de salud de la economía española. Quizás por eso, los diarios salmón han decidido dejar sus mejores esfuerzos en las fotos y gráficos. Ya saben aquello de que una imagen vale más que mil palabras.

En Expansión, la foto del día está en la página 18 y corresponde a Barack Obama. Bajo un titular que debería ser esperanzador para el presidente norteamericano, "El acuerdo fiscal no salva a EEUU de la amenaza de recortes de rating", se ve la imagen de un Obama envejecido, triste y muy diferente de aquel que al grito de "Yes, we can" le ganó las primarias a Hillary Clinton y las elecciones a John McCain. No sabemos cuanto puede ahora el ocupante de la Casa Blanca, pero no parece que sus energías le den para demasiado.

El salmón de Unidad Editorial, también dedica un interesante reportaje al Día de la Liberación Fiscal. Ésta es la jornada del año en que cada trabajador deja de ganar dinero para el Estado y empieza a hacerlo para él mismo. De esta manera, en Francia, por ejemplo, de un salario de 48.000 euros al año, 27 se van a la hucha del Estado de una u otra forma y sólo 21.000 acaban en la cuenta corriente del empleado. Esto quiere decir que hasta el 26 de julio, los galos trabajan para sus poderes públicos. Peor aún lo tienen en Bélgica, que no cumplen con Hacienda hasta el 4 de agosto (dentro de dos días, los belgas podrán celebrar esta nueva fiesta nacional). Los españoles, en esto, salimos algo mejor librados (aunque no por bajos impuestos, sino por baja recaudación por falta de actividad económica) y nuestro día de liberación es el 19 de mayo. De nuevo, el gráfico de Expansión es más explicativo que cualquier análisis sobre fiscalidad.

Por su parte, Cinco Días dedica la parte central de su portada a Miguel Sebastián. Al contrario que Obama, el ministro de Industria aparece relajado, sonriente, sin corbata (como es habitual en verano) e, incluso, algo rejuvenecido. No es extraño, si hacemos caso al diario de Prisa, Sebastián podría cogerse unas buenas vacaciones: "Industria ve difícil aprobar la mayoría de las reformas que tiene pendientes".

Aunque el otoño se preveía muy movido para el ex candidato a la alcaldía de Madrid, el adelanto electoral ha encontrado con el pie cambiado a su departamento y buena parte de las leyes previstas para esta legislatura tendrán que quedarse a dormir el sueño de los justos (la de Contratos de Distribución, la de Energía Eólica, el Plan del Carbón o el rediseño del Icex). El reto es aprobar la nueva regulación de telecos, sector eléctrico e hidrocarburos, pero no es seguro que lo consiga. Así, la pregunta que Sebastián debe estar haciéndose es, ¿puedo irme de vacaciones hasta noviembre o me vais a hacer trabajar a toda prisa antes de la disolución del Parlamento? Viendo algunas de las últimas leyes que salieron de su Ministerio, uno no sabe qué es mejor.

Por último, El Economista es el que se pone más dramático. Esperemos que la foto de portada del diario no dé ideas a nadie, porque bajo un titular de "Al borde del abismo", vemos la puntera de unos zapatos asomándose al vacío desde la azotea de un edificio de muchas plantas. Hombre, no hay que ponerse así. Es cierto que en las últimas dos semanas algunos han podido perder hasta la camisa en el parqué, pero eso no es motivo para soluciones tan drásticas.

A aquellos que ya lo vean todo perdido, la recomendación es que vuelvan a las páginas de verano de Expansión. Allí se encontrarán un interesante reportaje titulado "Cuando los clientes se registran en el hotel dejan sus iPhone en recepción". Al parecer, algunos establecimientos en EEUU permiten contratar un servicio de desconexión digital, por el que te requisan el móvil, portátil y demás aparatejos, y te dejan durante unos días completamente desconectado. La bolsa seguirá bajando igual, pero el tinto de verano en la piscina del hotel sabrá muchísimo mejor...

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