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España lidera la lista de países favoritos para recaer en la recesión

La mayoría de países ricos sufre una ralentización. Entre los afectados destaca el caso de España, cuyos indicadores apuntan hacia una nueva recesión.

La OCDE, la entidad que agrupa las 33 economías más ricas del planeta, acaba de constatar que los signos de ralentización se mantienen en la mayoría de países desarrollados. Pero una cosa es ralentización (menor crecimiento) y otra muy distinta recesión (caída del PIB). Entre la lista de candidatos con mayor riesgo de recaída, España destaca como una de las grandes favoritas, según la evolución de los indicadores económicos.

El índice de crecimiento global de la OCDE -que incluye a los 33 estados miembros- muestra una reducción de 3 décimas en junio, hasta los 102,2 puntos, superando aún el nivel de 100 que marca la media a largo plazo. Este indicador, que mide por anticipado puntos de inflexión en el ciclo económico, mostró igualmente que en la zona del euro se dio un descenso de seis décimas, pasando de los 102,1 puntos de mayo hasta los 101,5 en junio. Mientras, en el conjunto de los países del G7, que agrupa a los países más ricos del planeta, se experimentó un retroceso de tres décimas, que dejó su indicador en 102,7 puntos, frente a los 103 del mes anterior.

La práctica totalidad de los grandes países analizados sufrió además un deterioro interanual de su indicador, con las notables excepciones de Japón, Estados Unidos y Rusia, que acumulan en este periodo una progresión respectiva de 2,9 puntos, de 2,8 y de 2,7 enteros.

En el lado contrario, países emergentes como la India, Brasil e Italia destacaron por haber descendido en los últimos doce meses 5,6 puntos en el primer caso y 4,7 y 3,1 en los dos restantes, mientras que en el grupo de los países más ricos destaca el caso de España, Francia y Reino Unido, ya que en el último año han perdido cerca de 2 puntos.

El PIB se desacelera

En este sentido, los actuales indicadores muestran que España cuenta con numerosas papeletas para sufrir una nueva contracción del PIB. Así, el Banco de España (BdE) afirma en su último boletín que la economía nacional se debilitó en el segundo trimestre debido al escaso consumo de los hogares y la limitada inversión empresarial: el PIB trimestral apenas avanzó un 0,2% entre abril y junio, mientras que el crecimiento anual retrocedió hasta el 0,7%, lo que supone en ambos casos una décima menos que en el trimestre anterior.

Pese a ello, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, descarta que el Ejecutivo vaya a modificar su previsión de crecimiento del 1,3% del PIB para 2011. Pero los gráficos del BdE muestran una tendencia descendente en los grandes indicadores de actividad lo cual, como mínimo, desmiente las promesas de recuperación que sigue lanzando el Gobierno tras casi cuatro años de crisis.

De hecho, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI), España registrará en 2011 el crecimiento más débil de los países ricos, un 0,83%, si se excluye a Grecia, Portugal e Irlanda (rescatados de la quiebra por las autoridades internacionales).

La caída del consumo y la inversión

Y es que, el consumo y la inversión en España continúan en caída libre, confirmando así que el riesgo real para la economía nacional no es la ralentización sino una nueva contracción económica, tal y como avanzó Libre Mercado a finales de 2010. El descenso de la actividad y el partir de una tasa de crecimiento inferior sitúan a España a la cabeza de los países desarrollados en riesgo de recesión.

Existen varios indicadores estadísticos que sirven para tomar el pulso al consumo y a la inversión en bienes de equipo, y entre ellos destaca uno poco conocido excepto entre los especialistas, que son las disponibilidades interiores de bienes, tanto de consumo como de equipo. La evolución de ambos indicadores es muy negativa en lo que va de año, observándose además un deterioro en ambos.

En el consumo se observa una tendencia respecto al mismo mes del pasado año del -8,2%, frente a un +5,7% de mayo de 2010. Es el peor mayo desde que hay registros y el declive desde los niveles máximos de 2007 es del 25,3%. En inversión la situación es aún peor, ya que el índice desciende un 11,2% respecto al pasado año, siendo la caída acumulada del 55,5% desde los máximos de 2007.

Las familias españolas parecen no estar en condiciones financieras para afrontar más que los gastos del día a día, ya que si analizamos la tendencia del consumo desglosándolo en alimentación, bienes no duraderos y bienes duraderos, se puede ver cómo ésta es muy distinta en cada grupo de productos.

En alimentación incluso se ve una leve subida (0,2%) respecto a mayo del pasado año. El descenso acumulado desde los máximos de 2008 es de sólo el 1,6%. Por su parte, el consumo de bienes no duraderos cae un 10% respecto al pasado año, mientras que respecto a 2007 lo hace un 21,7%. Por último, en consumo de bienes duraderos se ve un colapso del 26,6% respecto a mayo de 2010 y nada menos que del 62,8% respecto a máximos (mayo de 2006).

Esta tendencia significa un retroceso claro hacia patrones de consumo más propios de países menos desarrollados, en los que la alimentación tiene un papel más importante en el consumo de las familias. Si a esto le unimos la mencionada falta de inversión en bienes de equipo nos encontramos con un panorama poco esperanzador.

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