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34.753 afiliados autónomos en junio

¿Cómo sortean la crisis los chinos que viven en España?

Denuncian que estos años se han convertido en una amenaza para el pequeño comercio, pero ¿cómo se puede competir con ellos?

Denuncian que estos años se han convertido en una amenaza para el pequeño comercio, pero ¿cómo se puede competir con ellos?

A 31 de junio de 2011, los chinos formaban el colectivo extranjero extracomunitario más abundante en cuanto a afiliación a la Seguridad Social en régimen de autónomo. Hay un total de 34.753 ciudadanos chinos afiliados en España en este régimen, cifra que ha aumentado en 487 individuos con respecto al mes anterior, con un crecimiento del 1,42%. En un país con una tasa de paro superior al 20% de la población activa y en el cual se destruyen diariamente miles de puestos de trabajo, ¿cuáles son las claves para que éste colectivo esté sorteando de esta forma la crisis?

1. Trabajar más

Los comercios regentados por chinos proliferan por toda la geografía española, sobre todo en ciudades como Madrid. Además, ya no se limitan a abrir tiendas de alimentación o ultramarinos. En los últimos dos años están proliferando las boutiques de ropa Made in China.

Según declara a Libre Mercado el presidente de la Asociación de Chinos en España (ACHE), Chen Shengli, la clave de su éxito chino reside en la "lucha, el esfuerzo y el trabajo". Shengli cree que se exagera cuando se piensa que a los chinos no les afecta la crisis. "Hay que trabajar más esperando que venga mejor tiempo. También hay empresarios chinos que están sufriendo, pero trabajan más horas aunque sepan que van a ganar menos". En su opinión, ésa es la diferencia entre el empresario y comerciante chino y el español.

2. Se prestan dinero entre sí

Existe otro punto central en su particular modelo de negocio: la financiación. Tras años de fuerte expansión del crédito durante la creación de la burbuja inmobiliaria, desde que comenzó la crisis los bancos se muestran reticentes a dar liquidez para abrir nuevas empresas.

Sin embargo, según destaca el presidente de ACHE, a la comunidad china la restricción del crédito no les afecta tanto "porque somos más cumplidores con los pagos. Si un chino tiene que pagar, vende sus cosas, de modo que si un chino quiere comprar un piso suele tener menos problemas para que le concedan una hipoteca. Nuestra cultura es así". Además, "hay muchas empresas chinas y se ayudan los unos a los otros", aclara.

3. Una cultura de ahorro

Esa ayuda es fundamental para entender su éxito. La cooperación entre los chinos es muy habitual. "Suelen ser los familiares y amigos los que ayudan al principio con pequeñas cantidades que, sumándolas, son una gran ayuda. Cuando comienza el negocio, se lo van devolviendo poco a poco".

Las familias chinas que se han asentado en España siguen siendo muy tradicionales y los padres luchan toda la vida. "Gastan menos en grandes vacaciones para poder ayudar a sus hijos en el futuro. Somos más ahorradores", añade Shengli.

Es difícil competir con comerciantes tan competitivos y productivos. Durante estos años se les suele percibir como una amenaza para el pequeño comercio en manos de nacionales. La tienda tradicional ha visto cómo los establecimientos regentados por chinos se hacían con gran parte de su negocio y muchos de ellos se han visto, incluso, obligados a cerrar.

4. Integración

Alfonso Tezanos, presidente de la Federación de Empresarios de la Comunidad de Madrid (FEDECAM), señala a Libre Mercado que hay colectivos que se han implicado más que otros con este fuerte competidor. Es el caso de FEDECAM, en la cual están integrados los comerciantes chinos.

Aunque la ley regional permite la libertad horaria y cada comerciante determina el horario de apertura correspondiente a cada domingo o festivo autorizado, muchos son los que se quejan de lo difícil que les resulta competir con ellos y les atribuyen actuaciones de competencia desleal en esta y otras materias.

Según Tezanos, "o los comerciantes empiezan a competir en estas condiciones o difícilmente lo van a poder hacer. El problema es que a los españoles nos ha pillado con el pie cambiado", añade. "No nos engañemos, puede que algunos comerciantes chinos sean un desastre, pero también hay españoles que lo son". También destaca el carácter solidario de esta población, tanto con sus paisanos como con los españoles cuando tienen dudas comerciales sobre China.

5. Gran flexibilidad

Para Tezanos la clave de su éxito está en su facilidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes. "Si no funciona un negocio, abren otro, pero no se rinden". Además, "colaboran mucho entre ellos y eso es una gran ventaja. Se hacen préstamos internos y tienen un altísimo compromiso con el pago se sus deudas".

Tanto Tezanos como Shengli coinciden en que los objetivos de los chinos que viven en España están cambiando poco a poco. Los hijos de los primeros que llegaron son españoles, estudian carreras aquí, hablan perfectamente castellano y están muy integrados en la sociedad. Además, están más preparados que sus padres y son pocos los que piensan en abrir una pequeña tienda, pero siguen manteniendo su aspiracion netamente empresarial.

La polémica del alcohol

Un punto conflictivo dentro de las asociaciones de comerciantes de Madrid es la prohibición de vender alcohol a partir de las 22:00 horas en ciertos establecimientos. Los comercios de conveniencia, como se conoce de manera legal a aquéllos que tienen obligación de abrir un mínimo de 18 horas al día, sí pueden vender alcohol más allá de las 22 horas gracias a la aprobación de una enmienda conjunta de PP y PSOE a la Ley de Acompañamiento de la Comunidad de Madrid en diciembre del año pasado.

La realidad es que en Madrid los únicos establecimientos que pueden vender alcohol a partir de las 22:00 horas son los Open Cor y tiendas 24 horas. Además, este viernes se aprobó una ley por la cual gozarán también del privilegio de poder vender tabaco.

Tezanos considera que esta restricción "vulnera la libertad económica" y, además, "las sanciones que se imponen son injustas y millonarias". Ni las gasolineras, ni las "tiendas de chinos" ni otros pequeños comercios pueden vender alcohol a partir de las 22:00 horas porque, según la ley, no están obligados a abrir un mínimo de dieciocho horas todos los días del año, ni tienen una superficie inferior a quinientos metros cuadrados ni reservan un espacio de entre el 20% y el 35% del comercio a la venta de libros, prensa, vídeos y música. Estos establecimientos también están obligados a dedicar entre el 30% y 50% de su superficie a la venta alimentación y otros productos como los artículos de juguete.

Falsos mitos de los chinos

El boom de este tipo de establecimientos no ha gustado nada a las pequeñas tiendas tradicionales, que han visto su negocio abocado al cierre en muchos casos. De aquí, precisamente, parecen surgir los rumores de las ventajas fiscales chinas en los primeros años de apertura de sus negocios, o la facilidad de traspaso del negocio de unos ciudadanos a otros.

El presidente de FEDECAM tacha estas creencias de "absolutamente falsas", y añade que todos los chinos están dados de alta y pagan sus impuestos. "Eso es una leyenda urbana". Chen Shengli no entiende de dónde vienen esas ideas. "El chino paga impuestos desde el primer día. Eso es una gran mentira. Desde el primer día paga sus impuestos, seguramente paga más".

Por otro lado, los locales de Todo a 100 de los años 90 se han ido diversificando. Ya no son infracomercios. Ahora los chinos se han especializado en todo tipo de productos, desde droguerías y fruterías hasta tiendas de ropa o peluquerías. Las dudas sobre la calidad de sus productos es un punto que molesta especialmente al comerciante chino. "Los españoles también van a China a buscar productos baratos, pero en China también hay calidad, depende del precio que quieras pagar", añade Shengli.

Otra de las historias populares se centra en su vejez. ¿Por qué no hay chinos de más de 65 años en España? ¿Se jubilan aquí? ¿Mueren aquí? La primera generación, que llegó a España hace quince o veinte años, en su mayoría regresa a China cuando acaban de trabajar. "Son señores mayores que no hablan castellano perfectamente y suelen irse a China", explica. Pero lo que queda claro es que las segundas generaciones y los inmigrantes chinos actuales, mucho más preparados que sus antecesores, cada vez tendrán un papel más destacado en el comercio español. El presidente de la Asociación de Chinos en España, por ejemplo, se va a jubilar aquí. "Estoy bien, estoy contento con la gente, mis hijos han nacido aquí y yo llevo más de veinte años".

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