El mayor crecimiento del paro en un mes de septiembre en cincuenta años y los pronósticos de cinco grandes bancos, que auguran la vuelta de España a la recesión en 2012, no vienen sino a hacer aun más oportuna la publicación del artículo de Bustelo.
EDITORIAL
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Senex dijo el día 6 de Octubre de 2011 a las 10:15:
Cierto, y muy cierto. O así me lo parece. Acaso haya que ir más allá, o más acá, del diagnóstico del problema, del que no me cabe duda que ha sido acertadamente tratado por Bustelo. Su causa remota, para mí, está en el cortoplacismo electoralista de las preocupaciones y de las decisiones de nuestras instituciones operativas. Dado que, como pueblo, carecemos de suficiencia en la concepción de la inmanencia y la permanencia de la Nación. Mientras llega, si no se acaba de destruir lo que nos queda, creo que la modificación del "status" y el reforzamiento de los poderes de ciertas instituciones ayudarían, en principio, a aminorar nuestros problemas de pasado mañana. A pesar de sus peligros y limitaciones, pienso -ya sé que poco acompañado- en la Corona y también en un Senado "aristocrático" y "quasi" vitalicio. Las "urnas" se consideran, y puede que sean, una bendición; pero, generalizadas, acaban siendo una maldición. Los nuevos tiempos, con sus nuevos problemas, exigen nuevas reflexiones. Alguna puede dar en la diana. Inténtese.
Cierto, y muy cierto. O así me lo parece. Acaso haya que ir más allá, o más acá, del diagnóstico del problema, del que no me cabe duda que ha sido acertadamente tratado por Bustelo. Su causa remota, para mí, está en el cortoplacismo electoralista de las preocupaciones y de las decisiones de nuestras instituciones operativas. Dado que, como pueblo, carecemos de suficiencia en la concepción de la inmanencia y la permanencia de la Nación. Mientras llega, si no se acaba de destruir lo que nos queda, creo que la modificación del "status" y el reforzamiento de los poderes de ciertas instituciones ayudarían, en principio, a aminorar nuestros problemas de pasado mañana. A pesar de sus peligros y limitaciones, pienso -ya sé que poco acompañado- en la Corona y también en un Senado "aristocrático" y "quasi" vitalicio. Las "urnas" se consideran, y puede que sean, una bendición; pero, generalizadas, acaban siendo una maldición. Los nuevos tiempos, con sus nuevos problemas, exigen nuevas reflexiones. Alguna puede dar en la diana. Inténtese.