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Juan Velarde

¿Desacoplamiento del mundo hispánico?

Una brillante intervención de la cónsul de Perú en Vigo con motivo del 12 de octubre de 2011, plantea nada menos que el problema del desacoplamiento que tiene lugar en la economía del conjunto del mundo hispánico.

Una brillante intervención de la cónsul de Perú en Vigo con motivo del 12 de octubre de 2011,  plantea nada menos que el problema del desacoplamiento que tiene lugar en la economía del conjunto del mundo hispánico.

Una brillante intervención de la cónsul de Perú en Vigo, Rosa Fernández Montenegro, con motivo del 12 de octubre de 2011, contemplado desde el punto de vista de la Hispanidad, plantea nada menos que el problema del desacoplamiento que tiene lugar en la economía del conjunto del mundo hispánico. En este momento, la vieja tesis del centro-periferia tiene un apoyo en el conjunto de los tres grandes grupos de países emergentes. Podemos sintetizarlos en el asiático, centrado en China, pero que abarca de Corea a Tailandia; el iberoamericano, en el que naturalmente se encuentra Perú, capitaneado por Brasil, y el europeo que, con Turquía, está constituido por la Europa del este, vinculada con el desaparecido COMECON, y en el que Rusia es la mayor potencia.

Es preciso tener en cuenta lo que se observa, gracias al trabajo de Alex Ruiz, Globalización y ‘decoupting’ ¿Hacia un mundo emergente desacoplado de las economías avanzadas? (Documento de Economía La Caixa, noviembre 2010) que continúa el trabajo del mismo autor ¿El retorno del ‘decoupting’? Mito y realidad en el desacoplamiento de las economías emergentes (Documento de Economía La Caixa, 2009), con una base empírica procedente del Instituto IFO. Con los países del "centro", o sea, con el bloque industrializado de Asia, Norteamérica y la Europa rica, se observa que la "Europa emergente está más acoplada con los países industrializados que América Latina y el Asia emergente". La Europa del este efectúa un gran esfuerzo para vincularse con la Europa industrial. La raíz, en buena parte, procede de la expansión de la Unión Europea. Pero, dejando a un lado que en Asia sucede algo parecido a Iberoamérica, se ha "tendido a mantener un sincronismo e intensidad de acoplamiento respecto a los industrializados prácticamente estable durante los últimos años".

Al observar que, con más fuerza que en el periodo 2003-2010, el desacoplamiento no es tan fuerte como el del Asia emergente en términos de sincronización con los países industriales, se ha de hacer notar que "aumenta ligeramente en términos de intensidad".

Pero eso, que es el conjunto, nos muestra, en primer lugar, que no parece que exista en España, como país industrializado, una política para intentar que Iberoamérica se comporte como la Europa emergente. En segundo lugar, que convendría diferenciar, con Brasil a un lado, al resto de los países, en un estudio paralelo a éste, para conocer más a fondo, por ejemplo, hacia dónde orientar las inversiones españolas en esa región. No es semejante en nada Chile a Venezuela, o Perú a Bolivia. Esas demandas, un 12 de octubre, parecen bastante obvias, y más si en Vigo se ha recordado a Maeztu y Vizcarra. Yo hubiera recordado también al nicaragüense Julio Ycaza Tigerino, que en su viejo artículo "Notas sobre la Hispanidad", publicado en Alférez, octubre-noviembre de 1947, señalaba que el fin de la Hispanidad, es "fundamentalmente un fin político en su más alto y noble sentido, como realidad de la Polis, de la ciudad terrenal. Y no puede ser de otro modo". Y para ello lo económico pasa a ser esencial. He ahí un reto para los empresarios y, muy seguramente, para que los nuevos políticos orienten nuestra acción exterior en lo económico y en lo cultural de un modo diferente al que ha existido hasta ahora.

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