Menú

Dejar mandar a los que saben

Sólo cabe felicitar a los griegos e italianos por una elección que difícilmente puede empeorar el desastre provocado por Berlusconi y Papandreu. Casualmente dos argumentos de peso para cuestionar las bondades del sufragio universal.

Gelemen dijo el día 17 de Noviembre de 2011 a las 03:15:

"El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio".
- Winston Churchill

La frase de Churchill es un atentado contra la "soberanía del pueblo" (¿realmente existe?), desde luego... aunque de amarga certeza en los comicios de 2004 y 2008, a falta de ver qué pasa el 20-N. De todas formas, la situación económica y las presiones de la UE son y serán los principales instrumentos de erosión de la soberanía nacional.

En el peor de los casos, es preferible la tecnocracia que la cleptocracia.

Ferminat dijo el día 16 de Noviembre de 2011 a las 20:47:

Hombre, la economía vale como ciencia social, pero la política, ni harto de copas, creo yo. A los científicos nos chocan mucho estas cosas.

MUÑOZTOR dijo el día 16 de Noviembre de 2011 a las 19:37:

La tecnocracia no funciona y es patético leer comentarios contra el sufragio universal. La democracia no se basa en la falacia de que el "pueblo es sabio", sino en que el pueblo es soberano, es decir, formado por ciudadanos libres y con iguales derechos.

Dejar mandar "a los que saben", significa una teórica dictadura de una élite; en la práctica significa una dictadura de los que dicen que saben (así ha ocurrido en todos los regímenes totalitarios: comunismo, fascismo...). Los que mandan se arrogan unas buenísimas intenciones para guiar a los "pobrecitos ignorantes que formamos la masa a la que se califica de indocta.

Es necesario que haya buenos técnicos en los puestos más altos de la administración: para proporcionar un conocimiento exacto y científico de la realidad; para saber qué se necesita, con qué medios contamos etc. Pero la decisión de qué se hace ha de corresponder a la sociedad, por medio de sus representantes. El cómo hacerlo sí será una cuestión de los técnicos.

Hay cuestiones que no son "científicas", sino de valoración. El respeto a los más débiles, p.ej., es un principio moral e ideológico, no científico. Por vías "científicas" se llega a ideas tales como privilegiar a los más dotados y castigar a los más débiles (ancianos, disminuidos psíquicos, etc.).

Bacin dijo el día 16 de Noviembre de 2011 a las 17:43:

No resulta nada simpático leer a un liberal en un medio liberal proclamar alborozado que hay que "dejar mandar" a alguien. Ese alguien es "el que sabe", que, como todo el mundo sabe, es un criterio de lo más objetivo y poco dado a interpretaciones. Y, encima, "el que sabe" es un burócrata profesional. Toma ya.

Minaya dijo el día 16 de Noviembre de 2011 a las 10:59:

Como muy bien mencioban en este diario ayer, la democracia no es un fin, sino un medio para alcanzar la libertad. Y no es el único medio.

Según sus biógrafos, uno de los motivos por los que los economistas de la Escuela Austríaca, especialmente von Mises, son escépticos sobre las virtudes de la democracia, fueron sus experiencias personales. Todos ellos disfrutaron de una gran libertad personal, profesional y económica cuando eran súbditos del emperador Francisco José de Austria-Hungría, en un régimen semiabsolutista pero regido por la tradición y la doctrina social de la Iglesia Católica. Y luego padecieron grandes restricciones a sus libertades, e incluso tuvieron que exiliarse para salvar sus vidas, en los regímenes de origen democrático que lo sucedieron.